miércoles, 18 de noviembre de 2009

Anhelada tierra, rumbo de las almas

Tren de ignoto rumbo,
En ti he arribado,
dejando mi pasado,
solo queda mirar por aquella vieja ventanilla,
en espera de aquel destino tan incierto,
En esta lluvia de lagrimas,
que arruinan el trayecto de un amado sueño.

Cada paisaje, un recuerdo representa,
Todo en mi vida pasó a un olvido,
Por las ansias de conocer
ese camino tan querido,
De la cual el alma,
de su belleza me confiesa.

Gran bosque, frondosas flores,
Alma en pena se a transformado,
Esperando el pasar de ese paisaje aterrador,
Fantasía material, que este simboliza.

Mirad al sur de aquel humilde destino
Original belleza escasamente apreciable,
Sombrío paraíso hallareis en el camino,
Aires temerosos os darán la bienvenida.

Tierra de perdidos,
almas caídas, ángeles sin rumbo.
Esta misteriosa tierra,
donde siempre asilo buscan,
buscando la felicidad que llene su existencia.

Flores disecadas...
esperando el marchitar,
Esperando aquel odio que exhiba su belleza,
belleza única,
para oscuras almas,
esperando en expectativa
ese enigmático momento.

Yace allí la flor tan admirada,
Sobre aquella formidable fuente,
donde las almas desahogan,
sus mas dolorosas emociones,
proveniente de aquel mundo material,
donde la carga del mortal,
a las almas les fue concebido,
apresando aquellas vidas,
en un agónico camino.

Tierra de perdidos,
Lugar aquel donde el tiempo inexiste,
Oscuro paraíso, revelador de gran belleza,
aquella que a mi corazón mantiene perturbado
y a mi alma... aun conserva desvelado.

martes, 17 de noviembre de 2009

Las ultimas memorias de un moribundo confinado




Admiro quien llorar lagrimas de sangre, quien gritar de desesperación e impotencia, me trago mi orgullo y mi prudencia, no gritaré ni suplicaré clemencia ante dioses, deidades o cualquier existencia ¿quién reventará el globo y sufrirá en el intento? quizás deba entregarme al olvido, besar a la muerte en un solo respiro, robarte el aliento y entregar cada uno de mis pensamientos, mirarme al espejo, golpear mi reflejo, despertar de un sueño o tal vez una pesadilla? soñar es solo quedarse estancado, no habrá norte ni una estrella en el firmamento que te guíe ni camino al cual perderse, correr a ciegas por un sendero desconocido; solo cuatro paredes en el cual aislarse, solo soy un ciego impotente que no ve estrellas ni caminos ni es capaz de salir del encierro en el que ha caído. Los minutos son horas o mejor dicho las horas son minutos y el tiempo vuela mientras escribo, en mi mente no caben más pensamientos, tanto así que siento que pierdo recuerdos y olvido cuales fueron mis sentimientos pero… ¿alguna vez los tuve? Es lo que pienso; si fue olvidado es innecesario. Ya no tengo idea si me siento bien o mal solo quiero escribir hasta que llegue mi final no sé lo que hago solo son palabras de un moribundo desesperado.
Celda oscura y polvorienta solo llena de escoria incluyéndome en ella, mirada distante de un personaje que teme al encierro y sin embargo se regocija en él; mirar a su alrededor no es una opción favorable solo observa un panorama desagradable, solo observar cuatro paredes que lo confinan en un espacio desespera cada vez más, se puede observar al exterior pero no se atreve a hacerlo por más que lo piensa día tras día de su pena por un crimen desconocido por todos pero conocido por él. Él la víctima, el victimario, el juez; aquel que se ha auto impuesto semejante castigo y que ante los ojos de algún dios juró no salir por ningún motivo.

Soledad absoluta que trae paz a mis restos olvidados, luctuoso silencio que anuncia el principio de un fin interminable de una vida despreciable. Solo puedo burlarme de aquel ser aletargado que se encuentra en un rincón de este oscuro escondrijo, aquel que no recobra la razón y que perdido en pensamientos y dudas no puede ni salir de esa sombra, de ese rincón, de esa celda. La impaciencia, la desesperación traen consigo la locura, no puedo ver más este patético acto miserable de cobardía encerrarse y lanzarse a un foso donde los gritos se ahogan en un eco interminable de desesperación nublados en un sinfín de pensamientos y sentimientos confusos en tu mente y tu corazón.

Se niega a abrir los ojos a la realidad o ¿tal vez a la ficción? Al teatro que ha montado a su alrededor en el cual él es el protagonista, el payaso de la obra, aquel que sin gracia alguna haría reír al más testarudo, aquí sin audiencia en este teatro imaginario lleva consigo una carga de la que no se quiere liberar, lleva una eternidad en su encierro y su celda ni siquiera cerrada está, se intriga ante lo desconocido, ante lo que ha dejado atrás y lo que ha olvidado, mira a su alrededor y se siente inconforme, incompleto, asqueado de su propia pena, se siente patético por dudar, por ser inseguro y ante una oportunidad la deja pasar una y otra vez hasta que su razón se nubla y en un ataque de histeria logra escapar.

Eso es lo que él quisiera, que sus pensamientos más internos se hiciesen realidad, que sus fantasías, deseos y sueños se cumpliesen pero no es así… Los sueños no dejan de ser más que patéticos sueños donde quiere lograr salir, escapar y evocar todo aquello que dejo atrás y que olvido alguna vez para comprender porque dejo de ser lo que alguna vez fue. Perdido en aquella ignorancia ya no sabe quién es, su personalidad se ha perdido, se ha fraccionado y dividido en pedazos de emociones aun latentes en su ser y que no comprende. El tiempo fluye descontroladamente, mi perspectiva de su transcurrir a menguado.

Su pena no se ha cumplido, por el contrario apenas comienza y él lo tiene muy claro. Vive perdido en sus pensamientos, divagando, recordando lo desconocido, lo que ha olvidado y lo que no pretende recordar jamás, su mirada se pierde en el infinito de un espacio diminuto y su mente le comienza a hacer jugarretas, ya no es solo él sino mas bien “él” y su “yo” con el que interactúa frecuentemente desde ese momento.
Su vida quiso resumir en tan solo unas simples frases, que para él… relataba gran parte de ese ser del cual nunca supo aceptar o rechazar, del cual al azar vivía, sin depender de ese ser del cual bajo confusión pasaba su tiempo, solo viendo en cuatro paredes, del cual lo físico no lo podía sacar, sus cuatros paredes, que siempre cargaba con él, aquella caja oscura del cual dedico unas palabras como desahogo de un vil infierno del cual no sabia si alejarse o untarse mas era el camino correcto…
“Pulido, brillante, en un caja oscura… Allí yace el cristal de los sueños rotos, brillantes de pensamientos… Ocultado bajo una vida, El cual mostrarse prohibido esta. Cristal, que en espacios habéis indagado, Llevando consigo… Experiencia hecha polvo, el cual brilla en suciedad, inmundicia exterior de un esplendor interno. Cristal el cual no expresaba, solo brillaba ante ojos ciegos, aquellos que observan por dentro, aquellos el cual su exterior… Valor suficiente no contemplaban.

Cristal, habéis negado legado vuestro, habéis brillado ante la luz de otro mundo, habéis depravado intimidad vuestra, ente externo que en sentimientos habéis llamado, ahora deslumbrando lo aparente y aplacando su interior. El cristal, su núcleo, quebrado está, quedando atrás unificación alguna, llego tiempo el cual decida… Decida parte que conmigo cargare y cual en el olvido a de resignar, gracias a lo apreciable del destino, del cual cristal mío nunca quiso brillar”.


Bajo épocas de su vida, sintió y vivió lo que para el fue una perdida de tiempo, ese tiempo que para él era irrecuperable, pero aun siendo salvado, nunca supo que hubiese hecho con ello. Siempre vio la vida como algo valioso, del cual nunca entendió de donde provenía su riqueza. Siempre tenía un sueño, que para algunos simplemente decían que era ilusiones… aquella donde aquel animal enjaulado podía conseguir salir, del cual temor sentía al ver aquello y probar esa extraña sensación de libertad del cual más miedo que calma otorgaba… Siempre indago en ese sueño sin entender el significado pero seguía siendo su anhelado sueño en un mundo abierto para la miseria y basura humana.


En las calles de esa ciudad muerta, donde moviéndose de un lado a otro nunca llegaba a un lugar, caminó sin cesar, sin fin, sin encontrar un objetivo, solo viendo una raza hacer tres cosas que al parecer era un patrón para poder guiarse por la ola que para él, simplemente dirigía al abismo de una mente abierta al retraso evolutivo… esas tres cosas las cuales comprendían “Caminar sin rumbo, trabajar por inercia y ver nacer o morir seres”.

Tras confusiones, nunca entendió si la vida era simple rutina o era realmente algo mágico, quería un motivo del cual sonreír, pero solo su odio y soledad podía aferrarse, habitado en un mundo de millones de personas del cual ninguno lo acompañaba, eran simples individuos caminando sin razón, bajo una ilusión del cual no tenía futuro, donde sencillamente la muerte era la limitación, vio morir y desgastar aquel tiempo del cual dolía ver pasar sin encontrar resultado alguno a aquellos misterios que su vida contemplaba.

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Algunas almas decían bajo escritos “vive mas no hagas de una incógnita la vida…” siempre escucho esas palabras venir de grandes sabios que vivieron bajo a aquella ironía donde el pensamiento libre no existía, solo eran simples resultados del desgastes de ciertos puntos en la política ideológica de un mundo el cual se regia bajo un simple papel, el cual hacia ver las razas como algo insignificante ante la grandeza incomprendida de la vida. Pero algo que si era cierto, es que el sacrificio que había de pagar por la comprensión de aquel misterio… era simplemente irremediable… y sabiendo ello, usó su vida como ofrenda para poder entender aquellas incógnitas del cual al tiempo solo obtendría desconciertos, del cual hacia de su mente un lugar totalmente inestable.

Duermo para hacer correr las horas, para que el tiempo se desvanezca y tal vez corra más de prisa o al perder la noción del tiempo quizás caiga en una irremediable desesperación que conllevaría a la locura; aguarda un momento ya estoy loco. Conjeturo sabiamente y de esas palabras que salieron de mi boca y que en un silencio retumbaron, al poco tiempo consiguieron respuesta: Claro que estás loco, ¡mírate! Hablando solo como un imbécil desesperado por compañía, lo único que puedes hacer es remolcarte en tu propia inmundicia y estar arrinconado en esa esquina aletargado y lleno de miseria. ¿Qué piensas hacer? quizás; ¿piensas permanecer con tu vaga e insignificante existencia postrado en ese rincón? Mírate, igual que todos ellos sin una pizca de cordura o sentido común para poder abandonar su sufrimiento, deshacerse de sus penas y terminar de una vez por todas lo agobia su mente y merma su cuerpo.

Dando vueltas sobre esta prisión, nuevamente doy cuenta de mi situación, sigo bajo estas cuatro paredes que ningún ente físico puede tumbarlas, pero si pueden desaparecerlas, solo que llevarían consigo esto que aparentemente es llamado vida, donde sin entender observo individuos de mi misma raza riendo, corriendo, con algo para ilusionarse, esos detalles que mis ojos, o mejor dicho, las ventanas de esta prisión muestran sin explicación alguna para ese incógnito ser del cual mi presencia se trata.

Admirar un paisaje tan contaminado de melancolía, desesperación y locura pudiera sacar de quicio a cualquiera en sus cabales pero… ya es un caso perdido, todos merecen estar confinados de por vida o aun peor que eso, ¿deben desaparecer? Quizás sea las solución, brindarles las paz librándolos de su sufrimiento, y así, hacer mi acto de bondad ¿o tal vez maldad?
Observo curiosamente al enfermo que se retuerce de dolor, aclama clemencia a alguna deidad, dios o lo que sea que pueda librarlo de aquel sufrimiento, la desesperación lo ha consumido y un acto que solo podría clasificarse como “patético” intenta orar aclamar a su dios para obtener la salvación, pero… sin ninguna respuesta continua sufriendo; entra continuamente en el ciclo de desesperación y resignación sin poder escapar, atado a su maldición.

Las paredes parecen palpitar con el eco de los lamentos; en este lugar donde lo lúgubre, miserable y desesperante rebasa hasta el tope del que cualquier ser humano pueda soportar, la muerte sería mucho más sencilla que estar un segundo acá… Al parecer hay compañía, seres que me acompañan en este lugar ¿acompañan? Pero son tan insignificantes y miserables que no los considero como algún tipo de existencia relevante ni siquiera en este lugar. Continuamente observo sonriente como aquellos seres se retuercen de dolor y sufrimiento y a decir verdad tal vez me cause placer el sufrimiento ajeno. Unos por dolor físico y otros por dolor sicológico; unos parecen estar muriendo y otros parecen estar queriéndolo.

Muy singular, curioso y impresionante aquel del rincón más lejano, el que en la sombras se oculta y que parece hablar consigo mismo, tan solitario, no parece querer compañía, no parece querer morir pero no parece estar vivo de alguna manera. Sin ropas, sucio y lleno de inmundicia yace en ese lugar murmurando, divagando palabras que en la lejanía parecen sin sentido pero al escucharlas tienen tanto sentido que te parece tan obvio pensar que “2+2=4” y que solo estar de pie es la solución pero preferir arrastrarte o pisotear a los demás es un camino tan retorcido, que para algunos es el correcto. “un sueño sin paz, cadenas de las que no te puedes zafar, atado de pies y manos, amordazado y cegado, sin derecho a réplica y sin poder dar suplica, me pregunto quién en mísera existencia merece la vida, hacer frente a esta sociedad corroída”

¿Quién soy? ¿Qué hago acá? Entre tantos cuerpos, ¿Quién realmente soy? En el frio suelo al que me rebajo, húmedo, llego de suciedad, insectos y demás… Donde las mascaras caen rompiendo la falsedad que en los rostros han de reflejar risas, una mueca llena de hipocresía que disfraza la verdad oculta en un corazón vacio lleno de temor, odio y codicia. Gota tras gota caen consecutivamente, periódicamente durante minutos, horas, días haciendo que el transcurrir de cada segundo sea perceptible con suma facilidad. En una charca donde las lagrimas caen, gotas que reflejan el sufrir de las almas, gotas que reflejan el dolor de su existencia; En una charca donde la sangre cae, se precipita del cuerpo moribundo del que brota inmensurablemente, sangre que refleja la vida, sangre que nos da vida, ruego por ella, ruego por saciar mis ansias de supremacía ante seres mas débiles y librarlos del mal que los agobia, ya sea su propia existencia.

Ante el brillo de la penumbra que alberga una realidad oculta, percibo la verdad con mis ojos. Seres de miseria extrema, reflejos de mis propias facetas ocultas. Reflejos de mi propio ser caídos a pedazos, fragmentos de mi personalidad, mi agonizante cordura. Pido a gritos justicia y piedad ante la inclemencia. Añoro silenciar mis pensamientos, arrancar mi propio corazón y con mis manos aplastarlo para silenciar los lamentos.

¡Escuchen todos! Estén atentos al que su voz alza con firmeza, quien osa desafiar al mismo destino, al mismo dios y que en está carcajada se burla con una mofa llena de ironía. Todos acá, levántense, pónganse de pie patéticos seres de ínfima importancia pero que con un paso pueden pasar de ser una ameba a ser un simple insecto, hagan tan increíble esfuerzo, sírvanme y alaben al que en fuerza, inteligencia y astucia es superior. Aquellos seres que postrados en su subsuelo hicieron caso omiso a las palabras del prepotente, que con voz altanera les ordenaba obediencia, a eso una voz responde: “Si alaben a aquel que con voz fuerte, que con una pizca de valentía osa aplastar al miserable y vanagloriándose por esto decide pisar al resto. Sí, Alaben al que se cree más poderoso, inteligente y astuto que cualquier otro” pero… ¿que podrían hacer ustedes con solo eso? Jamás lo descubrirán por tan sabios o imbéciles que sean al tratar de descubrirlo.


No podrán descubrir el misterio de la existencia, su propia e infravalorada vida la cual fue objeto de humillación. No hay paz más suprema que la que yo les pueda otorgar, obtendré el silencio eterno para todos ustedes pues en mí está el arma capaz de acabar con sus podridas almas. “Aguardad el filo de mi espada que hará rodar vuestras cabezas, desollará su penosa existencia”. Limpiaré mis manos ante semejante inmundicia y acabaré con mi vida.

¿Me caracterizan de pesimista? O ¿cruel?, no entiendo esas letras que juzgan mi ser, ¿quiénes son ellos para hacer de mi un simple concepto de dos palabras?, ¿por qué la ignorancia habla mucho y el sabio escasea de palabras?, no soy pesimista, solo intento mostrar mi punto de vista… Punto de vista que para otros seria como un foco escaso de luz en el abismo de la oscuridad del cual la mente siempre los inunda.

Donde creí ver la miseria solo observe un espejo, donde se reflejan mis pesares, aquel instrumento manchado, roto y desdeñado al cual critique por mísero, patético e insignificante. Mi rostro carece de brío, tan occiso, pálido y con un semblante apesadumbrado. Precipitándome a la realidad donde se rompen las mentiras y las verdades golpean al rostro que vio venir engaños e hipocresía. Ante mi miseria, mi repugnante imagen no puedo evitar sentir asco y de solo verme a mí mismo en ese aspecto me hecho a reír a carcajadas, tan maniático, frenético y desesperado.

Desollador esfuerzo autodestructivo, procuro un fin lento, agobiante, sin piedad y con una sed de sangre implacable. Me regocijo al ver la sangre de mis hermanos en las manos de un ser forjado de odio, la perdida de mi propia humanidad ante el perecimiento de mis emociones y sentimientos ejecutados con el filo de mi espada. Ya no más sufrimiento y mis inmensurables ansias de matar, mi sed de sangre aumenta, mi propia muerte se pospone para dar paso a la corrupción de mis propia mente ante el ser no humano que sembrará muerte y destrucción a su paso tras su despertar.

En el vacío creado, en la oscuridad teñida en silencio y donde el ser bañado en sangre grita con desesperación su odio, su afán de querer salir y abandonar las cuatro paredes que lo aprisionan. Ahora es solo él, su propia compañía, su soledad y sufrimiento eterno. Impuesta por una falsa cordura, falsa mascara que se desquebraja al igual que los muros que lo aprisionan y la libertad abre paso a la locura y la demencia corrompe un cuerpo menguado tras la soledad y la inclemencia.