jueves, 23 de junio de 2011

Tu nombre es desgracia...





Eres misterio,
Parte del silencio,
Una con la oscuridad,
Eres desgracia,


Eres carne aún si no eres mortal,
¿Quizás eres deseo carnal?
Siendo una diosa capaz de amar,
¡Oh! mi ninfa infernal,


Así que peligrosamente se identifican mis palabras como elogios
No soy del tipo que se agacha e idolatra,
Ahora soy mártir, un vástago caído en desgracia,


Alma acaecida pese a lágrima, lamentos y desilusiones
Frívolamente capaz de desdeñar un corazón de cristal
Desgárrame ave rapaz,
Ámame ángel fatal.


Entre la voluptuosidad de cuerpos ajenos al dolor,
Fundidos en un una encrucijada,
Mediante rezos de placer que nuestro corazón emana,


Rompamos este silencio infernal,
Una mirada ahogada en un beso es lo que aclamo
Para mi silencio es no decir que te amo,


No hay forma de evitar dañar,
No puedes evitar matar,
No evites las ansias de vuestro cuerpo torturar,


Abre las alas y permíteme cortarlas,
Abre tus brazos hacia mí,
Vuelve a tu jaula que yo he de ceñir


Y así fui recibido como un infractor,
Veo nuevamente una imagen etérea, indolora, vaga y alucinante,
Desearía que no fuese desesperante,

Nada mejor que ver lo imposible,
Desgracia, dueña de lo insufrible...