Eres misterio,
Parte del
silencio,
Una con la
oscuridad,
Eres desgracia,
Eres carne aún si
no eres mortal,
¿Quizás eres deseo
carnal?
Siendo una diosa
capaz de amar,
¡Oh! mi ninfa
infernal,
Así que
peligrosamente se identifican mis palabras como elogios
No soy del tipo
que se agacha e idolatra,
Ahora soy mártir,
un vástago caído en desgracia,
Alma acaecida pese
a lágrima, lamentos y desilusiones
Frívolamente capaz
de desdeñar un corazón de cristal
Desgárrame ave
rapaz,
Ámame ángel fatal.
Entre la voluptuosidad
de cuerpos ajenos al dolor,
Fundidos en un una
encrucijada,
Mediante rezos de
placer que nuestro corazón emana,
Rompamos este
silencio infernal,
Una mirada ahogada
en un beso es lo que aclamo
Para mi silencio
es no decir que te amo,
No hay forma de
evitar dañar,
No puedes evitar
matar,
No evites las ansias
de vuestro cuerpo torturar,
Abre las alas y permíteme
cortarlas,
Abre tus brazos
hacia mí,
Vuelve a tu jaula
que yo he de ceñir
Y así fui recibido
como un infractor,
Veo nuevamente una
imagen etérea, indolora, vaga y alucinante,
Desearía que no
fuese desesperante,
Nada mejor que ver
lo imposible,
Desgracia, dueña
de lo insufrible...