viernes, 28 de mayo de 2010

Entrevista con tus personajes favoritos: Lucifer.-



El ángel caído. Satanás, el Diablo, el Innombrable y Satán son algunos de sus apodos. Lo cierto es que se refieren a la misma persona. Su reputación es conocida hasta el más allá y le dá la vuelta al mundo, a la vez que su existencia está llena de rumores y leyendas. Como es usual, no nos quedamos con la duda y hablamos directamente con él para despejarlas y conocer sus opiniones.

Le contactamos vía internet gracias a la ayuda de nuestro amigo Dante Alghieri, experto explorador del infierno y reconocido por su bitácora turística del recorrido por los diferentes niveles del mismo. Amablemente accedió a darnos el correo electrónico de Lucifer a cambio de publicidad para su empresa turística. Cabe destacar que dicha empresa es única es su tipo, ya que facilita transporte, hospedaje y recorrido a travéz del inframundo. Por eso es que ¨El infierno de Dante, su mejor opción para vacacionar¨.

Después de intercambiar varios correos electrónicos con Lucifer, accedió a participar personalmente en la entrevista amablemente, y sólo pidió nuestras almas a cambio, las cuales serían traspasadas mediante documento notariado por la fiscalía del Ministerio del Poder Popular Castro-Leni-Mao Comunista para el Intercambio de Almas y Bienes Etéreos ( MPPCLMCIABE). 

5s: Gracias por acceder a nuestra invitación, Sr. Lucifer.

L: Gracias a Uds., preferiría que me llamaran Papi. 

5s: Eh... Díganos Papi, ¿ a qué viene ése apodo?.

L: Bueno, no tiene nada de particular. Me llaman por muchísimos nombres. Satán, satanas, maldito, innombrable, Coco y un montón mas. Pero me encanta cuando las mujeres me dicen Papi. Es así, rico, sucio, malvado. 

5s: Ah... ¿ Podría hablarnos un poco sobre su historia? ¿ Cómo fué que llegó hasta aquí?

L: Bueno, fué por un peo que tuve con Chuchú. Todo comenzó por un partido de fútbol. Era la final de la copa celestial, yo estaba viendo el partido y llegó Chuchú y me quitó el control y se puso a ver la novela. ¿ Qué tal?. Así, porque Él es arrecho. Como no me iba a quedar con esa, agarré y le puse Kaopectate en las caraotas del día siguiente. A ese hombre le dió una cagueta que casi lo deja deshidratado. De hecho, su universo es producto de esa cagueta. Después de comer se puso a arreglar los peroles del escaparate, justo cuando empezó la diarrea. El hombre se puso fúrico y me quería joder con las sandalias. Como yo soy el primer angel soy el más fuerte y tengo burda de panitas, con los que armé una revuelta revolucionaria y traté de darle un golpe de estado. Uno de mis panas se cagó a la hora de la chiquita y so jodió todo, y bueno ya conocen el resto. 

5s: Increíble... Lo que dice la Bíblia no se compara con su historia. Entonces, ¿ cuál es su función entre nosotros?

L: A decir verdad, no existe ninguna actividad específica relacionada con mi estadía entre uds. Se podría decir que no estoy aquí para cumplir ninguna misión divina, ni nada por el estilo. 

5s: Pero entonces, ¿qué hace aquí?

L: Joderles la paciencia.

5s: ¿A qué se refiere?

L: Me divierte sobremanera ver cómo se caen cuando les meto el pie en el camino. Además, a travez de ustedes le jodo la vida a Chuchú. Como no puedo volver al plano celestial por culpa del jalabolas de Pedro, me dedico a reclutar pendejos para contraatacar el plano superior. 

5s: Evidentemente, Chuchú tiene conocimiento pleno de sus intenciones...

L: Claro que sí. Pero como ese guebón es un cagao, no baja ni por el coño porque sabe que lo jodo. Además, aquí hay muchísima gente que le tiene arrechera, y no gracias a mí. ¿Te imaginas el beta que se armaría si se enteran que anda por ahí hecho carne y huesos?. La coñaza suprema. 

5s: Entonces Ud. no tiene nada que ver con el desprecio de las personas hacia Chuchú.

L: Yo no dije eso.

5s: ¿Está tratando de confundirnos?

L: A eso me dedico, chamín.

5s: Entonces obtiene beneficio de crear confusión.

L: Es posible.

5s: ¿Podría ser más específico?

L: ¿ Alguna vez has pensado en la posibilidad de que el universo no sea más que una partícula sub-atómica que forma parte de algo mucho más grande? ¿ Qué pasaría si te dijera que, en realidad el Sol es un protón y que los planetas son electrones que giran alrededor del núcleo?

5s: Pero... Eso es imposible... A nivel atómico no se aplican las leyes de la mecánica clásica. Nada tiene orden, todo es al azar...

L: Éso depende de dónde lo veas... Si estuvieras de pie sobre un protón, ¿qué verias?. ¿ No sería igual que ver la luna desde la tierra a escala?. 

5s: No... No es posible... Estás jugando conmigo, ¿verdad?. No... NOOOOOOOOOOOOO!!!...

L: ¡Épa! ¡Chamín! ¿A dónde vas con tanta prisa?. Cuidado con los carros... Huy casi. ¡ Recuerda que las venas se cortan en sentido vertical, no horizontal! Jajajajajajajajajajajaja...

Nota del editor: No fué sino hasta una semana después de la fecha pautada para la entrevista, que la policía científica consiguió el cuepo sin vida de nuestro apreciado reportero. Se le encontró en una pensión para indigentes con la ropa muy sucia y raída. Se presume que podría haber vagado durante el transcurso de esa semana. En la habitación se encontró la trasncripción de la entrevista empapada en sangre, y las paredes de la habitación estaban llenas de dibujos alegóricos a el sistema solar junto a una representación de un átomo con la órbita de los electrones. Paz a sus restos

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miércoles, 26 de mayo de 2010

Weird Dreams I.-


Era un domingo, estoy seguro, porque los domingos son más tranquilos, más fríos a veces, porque no hay tráfico ni una masa desenfrenada de personas corriendo por llegar a algún lugar.
Para ser mas preciso, era un domingo lluvioso, gris y muy frío. Hacía ya varios días que llovía muy fuerte y había constantes tormentas eléctricas y huracanes, por lo que todos estaban en sus casas atentos a los boletines informativos de las agencias de noticias a la espectativa de un suceso trágico e inesperado.

Yo estaba en mi habitación, acostado y aburrido. No podía salir a jugar al patio de mi casa con mis amigos por el aguacero y los nervios de mi mamá. Además de eso, los boletines interrumpían la trasmisión de las peliculas del domingo a cada rato. Mi hermana estaba en su lado de la habitación distraída en lo suyo; hablando por teléfono, haciendo un trabajo en la pc, y cosas por el estilo. Mi papá estaba trabajando como el workaholic que es, sin importarle vientos huracanados, tormentas electricas, golpes de estado ni nada. Mi mamá estaba nerviosa, dando vueltas por la casa, haciendo oficios compulsivamente para mantenerse distraída y no alarmarnos.

Ella no era la única que estaba preocupada. En realidad, la tensión reinaba en el ambiente. Lo que estaba sucediendo no era para nada normal, y mucho menos de este lado del planeta, y menos aún en una ciudad ubicada en el centro de un valle resguardado por kilómetros de montaña que le separan del mar. El hecho de no tener una teoría científica que explicara los fenómenos aumentaba la gravedad del asunto.

Siempre me ha gustado la lluvia. Me resulta simplemente maravillosa. Solía acostarme cerca de la ventana y cerrar los ojos para concentrarme y escuchar las gotas caer; me relajaba. Pero esta lluvia, era otra cosa. Era atemorizante. Al alzar la mirada sólo se veía una gigantesca masa uniforme de estratos grises y negruzcos, que arremetían contra la tierra con cantidades inimaginables de agua y granizo.

Había muchísimo ruido, por la lluvia y los truenos, y a pesar de tener todas las ventanas cerradas el constante golpe de las gotas contra los ventanales acentuaba el ruido externo.Súbitamente todo quedó en silencio por unos segundos, precedido por el estruendo mas aterrador que pueda existir. Era un sonido ensordecedor, que pentraba los huesos y agujereaba la mente.

Me quedé pasmado, impertérrito, con la mirada fija en la pared y la mente nublada incapaz de comprender la naturaleza de tal estruendo. Tras unos segundos, la intensidad de la onda fue reduciendo gradualmente, hasta transformarse claramente en un sonido que me pareció gutural. Fué entonces cuando entré en pánico, al tratar de imaginar un animal tan grande como para emitir un rugido con tal potencia. Aunque estaba convencido de que es imposible que exista algo siquiera parecido, no me atrevía a mirar por la ventana.

Lentamente fue girando mi cuerpo hacia la ventana que apunta hacia el este de la ciudad, cuya vision es obstruida por un edificio un poco mas alto que cuenta con 23 pisos, y esto es lo que vi:

El cielo era negro hasta donde se podía ver, cubierto completamente de nubes y el centelleo constante de relámpagos, salvo por un enorme circulo de unos cuantos kilómetros de diámetro alrededor del cual las nubes se arremolinaban.

El centro del agujero estaba ocupado por dos increíblemente largas y grandes columnas de escamas, una verde y la otra rosa, que se mantenían erguidas y entrelazadas en lo alto sosteniendo las cabezas de dos dragones de ojos rojos.

Eran tan grandes que no podia estimar la distancia a la que se encontraban.

No había electricidad, sólo obscuridad, sombras, relámpagos, gritos de terror y los dos magníficos e imponentes dragones.

¿De donde salieron? ¿Por qué estaban ahí? ¿Que pasaría después? No lo sé.

Me despertó el sonido de un trueno.-

lunes, 24 de mayo de 2010

Sueño infernal



Al despertar escuche voces a mi alrededor y no me contuve a pedir ayuda pero aún así no obtuve respuesta. No paraba de golpear la tabla superior que me aprisionaba y luego en un último esfuerzo logré romperla y así liberarme. Al salir lo único que pude imaginarme fue la luz del sol pero… en aquel lugar solo había oscuridad, el cielo estaba repleto de nubes negras como humo denso. Los habitantes estaban reunidos alrededor del lugar observándome algo aterrados, no parecían contentos o con ganas darme una ayuda, su pavorosa expresión lo decía todo “yo no era deseado en ese pueblo”.

Las rocas volaron por el aire en dirección a mí; aquel tumulto de personas repudiaba mi existencia y así corrí hacia el lugar más próximo a esconderme. Allí me vi directamente al espejo, era mi imagen desfigurada, un rostro carcomido por el fuego y aún así vivo. El dolor se hizo presente de inmediato, mi rostro parecía derretirse como la cera de una vela, el dolor era indescriptible.

La horda enardecida de aldeanos continuaba en mis búsqueda, tome una tela larga y la use como túnica y así poder mezclarme entre la muchedumbre. Me tambalee por los callejones de aquel pueblo, mi rostro ardía debido a la quemadura y aun podía sentir aquella mano ardiendo presionando mi rostro. Mis pensamientos estaban tan dispersos y confusos, apenas sabía quién era pero desconocía como había llegado hasta ese lugar, al menos una forma creíble.

Hacía un frio inclemente y los callejones parecían ser cada vez más oscuros, húmedos y malolientes además de inseguros pero no quería llamar la atención y la única manera era dirigirme por caminos poco seguros. Mi estado físico era deplorable y apenas podía ponerme en pie, caminé por inercia durante hasta que me desplome en un charco de inmundicia.

Recuperé el sentido, una joven me había salvado y estuvo cuidando de mí mientras estuve inconsciente. Mi cuerpo se encontraba desnudo, vendado en brazos y parte del rostro debido a quemaduras. Lo primero que pregunte desconcertado fue:
-¿Dónde estoy? ¿Quién eres?- La joven sonrió amablemente y solo respondió: “Mi nombre es Clare y estas en el recóndito pueblo de Rabiert, por favor no te esfuerces mucho”. Al darme cuenta de la fecha, de los días que había estado en aquel lugar me di cuenta, asombrado que había llegado a este pueblo el mismo día en el que me encontraba en aquella casa maldita.

Estudie su semblante cálido y apacible y así evoque recuerdos de mi pasado, de la mujer que me espera y del destino que de seguro me llevará a una fría tumba pero… mi pasado como tal no interesa. Su rostró era tan hermoso, blanquecino como un copo de nieve y sus ojos tan claros como el reflejo de del agua en la luz de la mañana. No podía dejar de observarla pero en aquel estado no pude evitar dormir.
Desee olvidar todo, quizás en ese momento se había cumplido mi deseo subconsciente de dejar todo atrás, que mi pasado se quemase con en el infierno de mis pesadillas. Algo llamaba dentro de mí, una extraña sensación de incomodidad pero no presté atención a ello y me enfoque en la belleza radiante, la majestuosidad de una María, tan pura, cálida e inalcanzable.

Los días posteriores recorrí los senderos, explorando los alrededores; no sabía dónde me encontraba exactamente, salvo un nombre pero… algo inútil en mi condición. Me acerque a una fuente, tan esplendida y la luz del sol se reflejaba haciendo ver un pequeño arcoíris; La forma tan elaborada con la que había sido tallada llamo mi atención. Al acercarme caí en cuenta que, el paisaje se había contaminado con mi presencia, mi reflejo en el agua solo revelaba un rostro deforme. Las facciones de mi propia imagen se distorsionaban, el movimiento del agua hacía ver mi rostro cambiante, impredecible, aún más horrible. Me aleje cubriendo mi rostro de ese esplendido lugar, no pensaba regresar.

La noche en que abrazaba a la luna, tendido en el suelo, jamás me había detenido un segundo a observar atentamente la noche. La nostalgia era enorme esa noche, la inquietud de mente y mi corazón debatiéndose la razón. En ese lugar concebí el sueño, mientras la fría noche helaba hasta mis huesos y la luz de las estrellas me cobijaba. Tuve un sueño esa noche, memoria o predicción que me dejo aterrado; las imágenes que frente a mí se mostraban, un desfile de muerte, sangre y horror. Todo aquello era tan claro que casi me pareció real, vi como aquellas personas eran asesinadas y devoradas aún con vida y allí presente estaba ella, con sus ojos en lágrimas y su cuerpo frio en las manos de la muerte; más horrible fue… verme como el perpetrador de aquel horrible acto.

Desperté asustado, bañado en sudor gritando desesperadamente. Ella me sostuvo, no paraba de llorar y lamentar lo que había visto, aquellas imágenes eran tan reales que creí ser culpable, temí que se volviera realidad y que incapaz de escribir mi destino, solo era parte una historia ya escrita.

Al cabo de unos días estuve en forma, mi cuerpo estaba recuperado pero mi mente aún perturbada no paraba de recordar lo sucedido; sin embargo intentaba ignorar tales pensamientos. Logré ponerme en pie, caminé por los pasillos de aquella pequeña iglesia donde inmediatamente no pude evitar arrodillarme y orar. Me pregunte si mis plegarías serían escuchadas pero lo único que pude hacer para calmarme fue depositar mi fe en algo, en aquel espacio de tiempo estuve juzgando y separando lo real de lo ficticio vanamente.

Sentí una mano en mi regazo, era Clare, estaba algo preocupada del modo desesperado en el que oraba, quiso saber que me sucedía pero… sabía con certeza que no iba a creerme. Camine junto a ella durante aquellos días de otoño, el frio llegaba cada vez más inclemente y observando al cielo cada vez mas ennegrecido solo podía preguntar: -¿Suele haber tormentas a menudo?- ella me miró algo asombrada y dijo “El cielo está inusualmente oscuro”.

Aquella noche volví a tener aquel sueño, la sangre en mis manos y el hedor a muerte a mí alrededor pero una voz susurraba lo que parecía una extraña lengua que a pesar de no comprenderla era casi hipnótica. Al despertar me encontraba a unos metros de mis aposentos, me aferraba a la puerta, rasgándola buscando desesperadamente abrirla, queriendo escapar.

Clare estuvo conmigo, me rogo que le contase algo de lo sucedido, sabía que algo me perturbaba y que no quería compartirlo con ella. Le hablé de mí, de cómo me había convertido en un clérigo de la orden inquisidora y como mi familia llego a ser muy influyente mediante el comercio y su relación con la iglesia; sin embargo no pude contarle acerca de lo que me atormentaba. Le hablé de algunos de mis sueños y ella intento comprenderlos e interpretarlos, me dio paz en aquellos momentos evitando así que mi subconsciente me traicionara.

Esa noche, el sueño fue más intenso, más horrible y desafiante para mi propia percepción. No pude despertar a pesar del horror ante mis ojos y tras la desesperación forcejee por mi vida. Contuve la respiración y me abalance hacia donde estaba aquella figura del perseguidor, el maldito... inmediatamente escuche un grito; luego de recobrar el conocimiento me di cuenta de que la persona con la que estaba forcejeando era Clare, quien se encontraba en su cama asustada mirándome a los ojos con miedo, más que miedo era pánico. Tras recobrar el sentido me quede observándola un momento, mis lagrimas se derramaron en su rostro y caí acongojado en su pecho.

Ella me tomo entre sus brazos y sin temor a pecar, sin miedo a dar su virginal cuerpo a aquel perturbado ser, se entrego a la lujuria. La calidez, el cruce de los cuerpos que logran la pasión tras tocar sus almas, unirlas y sellar el amor en un acto final, sexual.

Quede totalmente dormido pero… inmediatamente desperté, sabía que mi subconsciente, que aquella voz se haría presente en mis sueños con lo que no tuve más remedio que irme, sin previo aviso, dejando atrás un amor, una imagen que irradiaba belleza. Sabía que a pesar de todo no pertenecía a ese lugar y sabía que mi estancia solo podía acarrear un desastre. Acaricie su rostro profundamente dormido, bese sus labios y deje un verso escrito en un papel “A la flor que llegue a amar, ni un beso ni un adiós te hizo despertar, fue lo mejor para no hacerte llorar”.
Cogí las monedas que aún tenía y se las di como pago a unos mercaderes por llevarme en su travesía, subí a una carreta de un comerciante, se dirigía a la capital y allí podría obtener respuestas. Junto a esa carreta había un grupo de otras más, era una caravana de comerciantes que se dirigía rumbo a Roma. El camino era difícil e inclemente, el abrirse paso a través de las montañas solo sugería enfrentar peligros que, quizás eran desconocidos para muchos.

Los estrechos caminos que cruzan los bosques rumbo a escarpadas y frías montañas. Durante días y noches estuvimos atentos a nuestro alrededor, los peligros podían estar acechándonos y, en cualquier momento podíamos ser víctimas de bandidos, animales o alguna bestia perteneciente a leyendas que comentaban los mercaderes. Los lobos siempre eran un problema pero se comentaba que en los caminos solían atacar lobos de singular tamaño, astucia y de postura bípeda de semejanza a un humano.
Se decidió cruzar el camino más largo; pero el más seguro, el camino alterno (atajo) se decía que estaba maldito y por esa razón nadie se aventuraba a cruzarlo, más que un bosque era maleza plagada de arboles sin un camino que recorrer.

En las frías noches permanecíamos alrededor de una fogata circundada de las carretas con las mercancías, siempre había una persona atenta en la noche y todos dormían con espada en mano, siempre atentos a cualquier peligro. Narraban las historias de extrañas criaturas, seres que parecían ser sacadas de historias mitológicas; aquellos que rompían el taboo de la inmortalidad y por ello eran seres malditos, destinados a vagar eternamente. De pronto, alguien intervino en aquella conversación, era un hombre viejo; poseía un aspecto deplorable, era muy evidente tanto las décadas que llevaba encima como la muerte que le esperaba. Contaba acerca de la cantidad de viajeros que había perdido la vida en sus excursiones, las caravanas que habían sido destrozadas y de bandidos que había muerto y eran encontrados a mitad del camino mutilados, presas por algún animal de gran tamaño.
El hombre decía ser testigo y sobreviviente pero pese a ser ciego nadie lo tomaba enserio y otros se mofaban de él; sin embargo continuaba con su historia, narrando así la manera tan sorprendente como logro escapar, como le habían sido arrancados los ojos y había despertado bajo los restos de algunas carretas en medio de tantos cadáveres.

Transcurridos los días, el clima se hacía cada vez más inclemente; el frio en las noches era insoportable y por más que nos abrigáramos las bajas temperaturas repercutían en la salud de muchos. Los días se habían vuelto helados, no se notaba la diferencia entre el día y la noche, solo era distinguible por algún rayo de luz que atravesaba la niebla. El camino era escarpado y zigzagueaba a través de las montañas, la niebla impedía la visibilidad, así que todos se andaban con cuidado temiendo caer por el acantilado.

A pesar del frio y el peligroso camino, me sentí a salvo y, aquella sensación de peligro perteneciente a algún trastorno mental latente en mi se había esfumado. La locura había perdido todo rastro de mi presencia, la había evadido pero a pesar de ello continuaba soñando, no dejaba de recordar las imágenes de una silueta en la oscuridad.

Algunos hombres yacían convalecientes debido a las bajas temperaturas, uno había desaparecido mientras iba a explorar; lo daban por muerto, quizás había caído por el abismo. Comenzábamos a salir de aquella montaña y a adentrarnos en aquel bosque blanquecino por la nieve que lo cubría. Esa noche de luna llena, cuando una imagen perturbadora me hizo despertar sabiamente, entre la oscura noche busque alguna imagen, alguna referencia pero de inmediato recordé donde me encontraba. Al dispersarse la niebla, la luz de la luna mostraba todo su esplendor, daba la impresión de poder tocarla.

La luz de los astros revelaba lo que había entre las sombras y en aquel entonces pude detallar una silueta entre los arbustos; la imagen se movía de un lado a otro, rodeando la caravana. Me tocaba vigilia, estaba estupefacto al ver que el peligro acechaba y de inmediato cogí una espada y di voz de alerta a todos. El silencio fue perturbado por un aullido ensordecedor, todos despertaron inmediatamente, el pánico invadía a unos mientras que otros desenfundaban sus espadas o tomaban arco y flecha para hacer frente al peligro.

Las flechas parecían dar en el blanco y los soldados temerosos parecían retroceder más de lo que avanzaban, hasta que uno de ellos se abalanzó hacia él y tras fallar en el intento de dañarlo, solo encontró su fin. El desafortunado sujeto fue golpeado hasta morir, partes de su cuerpo eran arrojados hasta los pies de los otros soldados que estaban atemorizados, rezando, esperando su turno. Luego, la criatura se esfumo así como vino; sin embargo todos tenían la certeza de que seguía acechando entre los árboles; solo dejo una estela de horror, el cadáver destrozado y la imagen en la mente de los que la presenciaron. Rápidamente todos se movilizaron, arrearon a los caballos para emprender la huida de tan peligroso lugar.

El miedo o tal vez la cordura me había abandonado pues, a diferencia de todo mi cuerpo estuvo inmóvil y nunca pensé en moverme. No me horrorice tras ver la escena, el pánico en los rostros de esos patéticos sujetos que corrían de un lado a otros despavoridos. Quizás esperaba que me desollara vivo, que acabará con la mísera existencia en la que se había convertido mi vida pero… no fue así.
Al día siguiente logramos llegar a nuestro destino, mi ciudad natal, dueña de la nostalgia que estrujaba mi corazón y el lugar donde conseguiría muchas respuestas.

jueves, 20 de mayo de 2010

De lo que no comprendemos.-

Es curioso lo rápido que cambian las cosas a medida que el tiempo corre. Sin darnos cuenta, a medida que el tiempo transcurre con su paso implacable, todo se transforma pasando de una categoría a otra; evoluciona; pasa de moda; y posiblemente, en raras ocasiones, algunas cosas llegan para quedarse.

No me refiero sólo a la moda y la música; hablo sobre absolutamente todo lo que podemos ver, tocar, paladear y oir. Me refiero tanto a la literatura, la tecnología, el desarrollo cultural a nivel mundial y sus corrientes sub-urbanas, al tema científico, bélico y espiritual. Lo que hace 10 años parecía imposible, ahora es ordinario y de uso común. Aquello que pensamos que nunca podría llegar a pasar, lo vimos aparecer, desarrollarse y expandirse ante nuestras atónitas miradas. 

Tomemos por ejemplo un período reciente de nuestra historia, mi década favorita: Los años 90. Hace 18 años todo era más fácil, más armonioso. La sociedad por primera vez se encontraba plenamente abierta al cambio, tanto a nivel cultural como político y tecnológico. La música de los noventas, para mí sigue siendo la mejor, por la amplia gama de estilos que derivaron de los antigüos a travéz de un increíble número de bandas y agrupaciones que expusieron lo mejor de su creatividad para deleitarnos.

En aquella época, en mi país estaba de moda MacGyver, Beverly Hills 9020010, Salvado por la Campana, The Fresh Prince, Mi Identidad Secreta, ¿Quien manda a quien?, G.I. Joe, Los Thundercats, He-Man, Las Tortugas Ninja, los Simpsons, Michael Jackson por supuesto, Nirvana, Aqua, Fey, y muchísimas cosas más que ahora no logro recordar. Todas fueron éxitos en sus respectivos ámbitos, y algunas sólo fueron estrellas fugaces. Otras se quedaron, y aún podemos disfrutar de ellas en retransmisiones televisivas, o gracias al milagro de la internet.

Si saltamos de década en década hacia el pasado reciente, nos damos cuenta de cómo todo ha cambiado de manera abrupta. El cristianismo pasó de ser la religión predominante en el occidente, a ser la cuna de intrigas, mentiras, corrupción con el mayor número de seguidores. Ahora la pluralidad religiosa está a la orden, gracias a la libertad de elegir que las generaciones posteriores han delegado en sus vástagos.

Hace 300 años la tierra era el centro del universo, y los planetas y las estrellas giraban a su alrededor. 150 años más tarde, el sol pasó a ser el centro de todo, y ahora nos encontramos con que no sabemos en realidad de qué está hecho el universo, pues según unos el 90% está formado por energía  invisible, 6% por materia  invisible y el 4% restante es el que ocupamos. Otros dicen que en realidad no es la gravedad la fuerza predominante en el universo, sino que la electricidad y el electromagnetismo son los que dan forma y sustentan el universo. Además de todo esto, resulta que el espacio está plagado de agujeros negros devoradores de materia, la cual nadie sabe a dónde vá a parar, de estrellas magnéticas que al explotar emanan radiación Gamma, la cual es letal, y si una de estas estalla cerca de nosotros nos desintegraría antes de darnos cuenta. 

Sabemos que hace 60millones de años fué otra especie la que habitó nuestro planeta, porque econtramos sus vestigios fosilizados bajo tierra, en forma de petróleo o de osamenta. Pero lo que no sabemos es cómo perecieron, cuál evento de colosal magnitud logró erradicar una especie de manera abrupta. Según, fué consecuencia del impacto de un asteroide de gran tamaño, en centro américa. Puede ser que no fuera sólo uno, sino varios. Otra cosa que no sabemos de nuestros origenes, es precisamente la procedencia de nuestra especie, que según Darwin evolucionó del primate primitivo, y según la iglesia Cristiana simplemente vino Dios y puso al hombre aquí, así sin más, omitiendo millones de años y cataclismos.

Otra cosa que escapa de mi comprensión, como seguramente también de la de muchos, es el hecho de que hasta la fecha no se ha comprobado la existencia de vida en otro planeta. Es realmente egoísta pensar que somos la única especie inteligente del universo si tomamos en cuenta que hasta donde podemos ver existen 100mil millones de galaxias, conformadas por 70 millardos* de estrellas, de las cuales alrededor de 100 millones de ellas poseen sistemas planetarios como el nuestro. La agencia espacial americana es la que lleva la batuta en lo que a exploración espacial refiere, y no han anunciado ningún tipo de descubrimiento de este tipo. Pero nos sorprendemos al ver fotografías en la internet, de campos de maíz sobre los cuales se han impreso diseños extravagantes y delineados con precisión alrededor del mundo; también nos asustamos al leer reportajes de rayos de protones salidos de la nada que desvían objetos cuya trayectoria podría impactar nuestro planeta.

Hemos sido testigos del progresivo deterioro ambiental del que nuestro planeta es víctima, generando cambios climáticos drásticos, desastres, miseria y dolor. Sabemos cuáles son los agentes perturbadores, y la solución que podría salvarnos de un destino nada agradable. Pero no sabemos por qué no se hace nada. Hay millones de personas que gritan a toda voz que el cambio en nuestra forma de hacer las cosas es necesario para la supervivencia de la especie, y los causantes hacen caso omiso. Todo por dinero, negocios, intereses egoístas que no pueden ver más allá de su disfrute mientras puedan, en lugar de velar por los que vendrán.

Quiero disculparme, porque en realidad éste artículo no tiene sentido. Comenzó como una breve reseña de los cambios a travez de las décadas y termino como un desahogo personal sobre aquello que me preocupa, pero no encuentro la manera de evitar. Como bién dijo William Faulkner:

¨Los que pueden actúan, y los que no pueden, y sufren por ello, escriben .¨ .-

Imagen tomada de: http://www.avizora.com/publicaciones/biografias/textos/textos_f/images/faulkner_william_02.jpg

viernes, 7 de mayo de 2010

Del diario de un paranóico I.-





Miércoles, 15 de octubre.


Hace ya varias semanas que tengo la impresión de que alguien me vigila por las noches cuando estoy en mi habitación. Siento el peso de una mirada espía sobre la nuca.


Es extraño, pues no tengo enemigos en ninguna parte y tampoco trabajo para el gobierno ni nada parecido. No hago nada especial, sólo trabajo todos los días y aprovecho mi tiempo libre descansando en mi habitación mientras escucho música, tomo refresco y fumo cigarrillos.


¿ Quién podría estar interesado en saber qué hago cuando estoy solo?.-


Viernes, 17 de octubre.


Anoche me pareció ver a alguien con una cámara o algo en una ventana del edificio del frente, en uno de los pisos superiores.


Cuando me dí cuenta de ello, traté de actuar con naturalidad para evitar que el espía se retirara al verse expuesto, y ver cuánto tiempo permanecia observándome. Estuvo cerca de dos horas, y me pareció ver a otros dos sujetos turnándose frente al lente de la cámara.


Ahora que lo pienso, la ubicación de la ventana es estratégica. Al estar en un piso elevado, que de hecho está a mayor altura que mi habitación, el ángulo de observación es perfecto ya que la pared no obstaculiza la visión. Además, es una ventana perpendicular a la mía.


Tengo que tener cuidado con lo que hago.-


Domingo, 19 de octubre.


Hoy me pasó algo muy curioso al regresar del trabajo. Cuando salí del local vi a dos tipos que llevaban lentes oscuros y vestían ropa casual, pero me pareció extraño que no tuvieran cadenas, anillos, relojes ni pulseras. Además, sus zapatos eran nuevos y se veían costosos, pero aún así no pusieron reparo en pararse sobre un charco de agua que estaba en la acera frente al local. 


En lugar de tomar el transporte público decidí caminar, para verificar si me seguían o no. Para evitar confusiones no tomé la ruta principal, sino zigzaguee por diferentes transversales que no son de uso común para los peatones a menos que tengan un asunto específico en una de ellas. Sí me seguían. Me siguieron hasta muy cerca de mi casa, pero aprovechando un contingente de personas que cruzaban la calle aceleré el paso y logre escabullirme.


Ya me está empezando a preocupar el asunto.-


Martes, 21 de octubre.


Ayer estuve repasando mis acciones en las últimas semanas, para determinar qué fue lo que empezó todo este asunto.


Lo único que me pareció relevante, fue unos artículos que publiqué días antes de que todo empezara en mi blog personal. Son de índole política, y se refieren a la crisis financiera de EEUU y a el Vaticano. Pero, aunque mis ideas no sean agradables con respecto a ellos, no son tan importantes como para generar ésta situación.


Decidí empezar a tomar cartas en el asunto, para ver cuál es su reacción. Bajo la excusa de mayor privacidad, forré las ventanas de mi cuarto con papel ahumado, y además compré unas cortinas polarizadas bajo la excusa de evitar la molesta luz del sol matutino.


Ya hice mi jugada, ahora es el turno de ellos.-





jueves, 6 de mayo de 2010

Atracción al Inframundo



Reprimiendo la insoportable sensación, intento aferrarme al suelo, como un desgraciado que se aferra a la vida y es arrastrado por la misma muerte a un abismo sin fin. Ya carente de toda fuerza de voluntad camino hacia las escaleras, de irregular forma e inclinación; da la curiosa impresión de estar subiendo o bajando más de lo que en realidad se ha hecho. No me había aventurado en esta parte de la casa, quizás por temor… indudablemente por temor.

Con una curiosa sensación investigativa decido indagar hasta las últimas consecuencias, la continua sensación opresiva se hace más fuerte a medida que me guía hacia donde solo peligro encontraré. Me aventuré en la grande y vieja habitación, oscura y polvorienta. Me tope con un viejo candelabro con el que pude explorar; en la habitación solo resaltaba un gran librero y una mesa con algunos libros encima, muchos de estos están escritos en latín, árabe y otros en un lenguaje incompresible difícilmente de inquirir su procedencia. Los libros en su mayoría son de “Brujería” describen rituales, hablan de magia, fuerzas tanto del bien como el mal. “Todo es relativo”, “como es arriba es abajo”, principio de causa y efecto son alguna de las cosas que logré leer en el poco tiempo que pude hacerlo, al parecer todo sugiere que contrario a todo principio de bien y mal que se conoce en la iglesia católica el bien y el mal son uno solo, una fuerza en equilibrio.
No recuerdo cuanto tiempo estuve leyendo, cuantas hojas pasaron frente a mis ojos, ni cuánto me sorprendí con tantas teorías que desmentían tantas palabras de la fe cristiana. Había recordado el continuo debate entre la ciencia y la iglesia y como muchos habían muerto bajo tortura por supuestos actos de blasfemia. Pude imaginar la razón por la cual la iglesia lo juzgaba y los apresaba; sin embargo dentro de todo había un significado más oscuro. Podía inquirir como la temas científicos se entremezclaban con ritos que solo había escuchado a través de mitos y leyendas de pueblos paganos que adoraban la imagen de un ser supremo ajeno a cualquier religión común.

La habitación inundada de una oscuridad perpetua, el frio ya helaba mis huesos cuando caí en razón. Me percaté de que había estado leyendo aquellos libros durante horas y ya agotado decido salir de aquel lugar, cuando de pronto, percibo un escalofrío que se cierne en mi espalda, una espantosa sensación de peligro y al voltear puedo ver como una sombra más negra que la misma oscuridad de la habitación se escabulle hasta salir de la habitación.

Decido correr en su persecución, sin saber si solo fue producto de mi retorcida imaginación o si tal vez estoy siendo acechado por alguna entidad, criatura o persona. Bajo las escaleras rápidamente, la curiosa forma en espiral y la distorsionada forma de las paredes me hace pensar de que bajo más de lo debido pero aún así apresurado y decidido mas allá de todo sentimiento de pavor sigo adelante. Al llegar al final de las escaleras quedo boquiabierto con el panorama tan tétrico y repulsivo de la pequeña habitación desconocida para mí; sorprendido por haber llegado a tal sitio en vez de la sala principal en la que había permanecido días atrás.

Era un panorama desalentador para cualquier ser humano, apenas podía ver en la inmensa oscuridad pero aquellas cosas que pude observar me persiguen hasta el día de hoy. Con la luz del candelabro en mi mano exploré el recinto, una escala de grises entremezclados con un rojo que en forma de manchas que estaban esparcidas por doquier, y con el crujir del piso tras mis pasos me sorprendo al ver la cantidad de huesos; tal vez animales o humanos esparcidos por todo el suelo.

Incontables alimañas hacen presencia, arrastrándose en el suelo, revoloteando por doquier; ratas, cucarachas y murciélagos. ¡Qué desagradable y horrible lugar! Y allí estaba yo asombrado, atónito y asqueado, las paredes llenas de sangre presentaban inscripciones, pentagramas y otras imágenes. Reconocí las algunas que estaban presentes en algunos textos que había leído anteriormente pero no pude adivinar de inmediato la razón de todos los símbolos.

De pronto, al voltear, la puerta por donde había entrado ya no estaba. Atónito y desconcertado me apresuré a buscar el manojo de la puerta pero en ese momento una fuerte sacudida, una brisa de inexplicable procedencia circulaba la habitación. Era un aire malévolo y ya sin ninguna luz que me guiara caminé entre la más densa penumbra. No podía continuar más, mi mente jugaba con migo, imágenes aparecían ante mí y una sombra acechante iba tras de mí, y en ese momento de desesperación la opresión en mi pecho volvió. Ya arrastrándome me imaginé siendo alimento de roedores y otras alimañas, luego caí inconsciente.

Desperté en la sala principal, bañada en un sudor frío, espantado y sorprendido por la asombrosa realidad del sueño, un febril sueño que no podía sacar de mi mente, tan real que sentía oprimido de solo pensarlo y mis manos temblantes balanceaban el volumen de un libro maltrecho, consumido por el tiempo. Entre sus hojas amarillentas y deterioradas estaban escritos en un lenguaje que parecía ser griego, su contenido databa de siglos atrás y hasta el momento previo al que me atreví leerlo no me imaginaba lo que podía contener.

Lo descrito en ese libro me dejo estupefacto, las leyes de la física, rituales y espiritismo cosas que no se podrían entremezclar. La forma de ver el mundo, nuestra propia existencia, era algo tan vago y tan vacío; nuestra mente es incapaz de imaginarse ciertos aspectos de esa realidad superflua bajo la mirada del humano común. En aquel tomo estaba pasmado todo concerniente a esos tres factores: el plano material, espiritual y dimensiones paralelas de tiempo y espacio en la que diferentes entes convergen. El ser humano común está habituado a su forma física pero, se puede trasladar a un estado inmaterial mediante su alma; a través de sueños, meditación y hasta la propia muerte.

No lo creí cierto, fue algo tan asombroso e increíble pero despertaba en mí una curiosidad que abarco todo mi interés. Esa sensación fue creciendo inmensurablemente con lo retuve todo aquel conocimiento, el cual no fue suficiente. Recorrí toda la casa y, al subir nuevamente aquellas escaleras tuve aquel presentimiento, la sensación de que, por un momento me había alejado de la casa y de toda realidad. Luego de haber subido, me encontré con las estanterías repletas de libros y un mesón enorme con un candelabro encendido que me llamaba a ponerme cómodo, los libro se apilaron junto a mí; me fueron sencillos de leer y los volúmenes fueron desapareciendo; aquellos conocimientos se fueron albergando en mi mente durante el tiempo que estuve allí pero, el tiempo fue algo tan vagamente perceptible que no puedo hablar de días, meses o años.

Trate de escapar abriendo las puertas y ventanas; mi esfuerzo fue en vano, todo era retratado, falso y misterioso. Encerrado en una caja, yo era una rata encerrada y sin salida; quizás alguien observaba regocijándose de mi propia ignorancia, mi cobardía y de mi propia locura.

El lugar de pronto cambio su aspecto, me fue irreconocible, fue cayéndose a pedazos y solo había un camino a recorrer, solo una salida. Una extraña pero familiar sensación vino a mí; la sensación opresiva que me prevenía del peligro. Allí en aquel pasillo nublado por las sombras, donde difícilmente podía ver el camino a recorrer, allí frente a mis ojos un extraño resplandor fue aproximándose y con él una figura abismal. Una figura casi olvidada por mi mente pero entre mis pensamientos el miedo era lo único presente en ese momento, más que miedo era pavor tras observar la imagen del propio infierno aproximándose.
El resplandor en forma de llamas fue aproximándose consumiendo todo a su paso, todo parecía ser devorado por las llamas que recorriendo los muros se dirigieron a mí sin hacerme daño pero, a mi alrededor todo parecía estar consumiéndose en llamas. Frente a mí la imagen demoniaca del mismo demonio que en sueños me atormentaba hacia algún tiempo, sin poder mover mi cuerpo me mantuve inmóvil; quizás por el pánico o por alguna magia que me impedía correr. El demonio se aproximó a mí, al ver su rostro nauseabundo, algo horrible que difícilmente podría ser humano y, su semblante solo podía manifestar odio sin ningún vestigio de alguna otra emoción, más allá de eso parecía disfrutar viéndome sufrir.

En aquel momento parcia aceptar mi muerte; sin embargo, no quería morir y, sabiendo que podía escapar logré recuperar las compostura y correr de mi acechante. Corrí desesperadamente hacia el pentagrama que estuve dibujando en la pared, aún era visible con lo que no tuve más opción que zambullirme en el muro lleno de llamas. Las llamas, la luz y toda imagen de aquel lugar se esfumaron y solo un espacio vacío, oscuro y silencioso parecía rodearme; todo en aquel lugar era tan horrible ya que no percibía nada conocido y poco a poco las voces fueron siendo perceptibles a mi oído, las imágenes más claras a mis ojos y el peligro a mi intuición. El lugar no estaba solo, estaba lleno de criaturas de formas inimaginables, solo descritas en sueños, pesadillas e historias increíbles.

Todo aquello despertaba en mí una curiosidad pero más aún un temor a que todo aquello no halla sido más que el infierno que me aprisionaba durante toda la eternidad. Las voces susurraban entre sí, hacían ruidos indescriptibles y casi parecían hablar en algún dialecto extraño y desconocido. Pronto caí de rodillas queriendo morir o si ya lo estaba quería que mi alma terminara por quemarse y despareciese en el infinito.

Cuando recobre el sentido de lo que ocurría a mí alrededor, ya comprendía lo sucedido y no era algo ajeno a mi conocimiento. Comprendí la manera de salir de aquel lugar y poniéndome a trabajar en la forma de dibujar aquel símbolo, las inscripciones que me permitirían abrir una puerta para salir de aquel lugar fuera de toda realidad. El salir era algo sencillo pero al llegar no podía saber con certeza si mi mente llegaría en una sola pieza, si se presentaría en forma de demencia o si solo moriría en un instante; a pesar de ello lo hice.
El calor abrazador fue la primera sensación que experimente luego de regresar, mi mente nublada no lograba ordenar las ideas y mi cuerpo en un estado de petrificación se hallaba aprisionado entre maderas; quizás era un ataúd y han creído mi muerte pero aún así los crujidos, el calor intenso era algo que me hacía dudar. ¿Me encontraba en medio de un incendio? Eso me pregunte en medio de un momento de pánico, luego desmaye.