Abrir y cerrar de ojos,
toda una vida en ausencia,
se esfuma en rezos los versos,
teñidos versos en gris,
como película de antaño.
Te acecho al son de tus pulsos,
catando la lozanía de sus embriagados
pasos,
erizada estepa que en un velo te
cubres,
desolada tundra que amparo acucia,
gélida arena forrada en seda,
y sus dedos,
fragancia de pasión...
fragancia de pasión...
señalan la intimidad de su culpa,
anhelando que su herida en caricias
bañe.
¡¡Dios libre al alma de sus penas!!
pena que en su compasión utópica,
clama a su verdugo el ocaso del
tormento,
redimiendo su blasfemo rostro
de la sonrisa del pecado,
mientras te observo, te aprecio y te
siento;
como espera en sigilo la muerte
a que la vida su danza culmine,
así te vivo, así te sirvo, así me
ausento
de ti... mi lírica de cuatro letras,
mi poema de ajenos vientos,
mi alma de otros cuerpos.