viernes, 15 de julio de 2011

Los Comediantes; Numero 4

Ángela, tan hermosa y curvilínea, venus de piel oscura de rasgos que llaman al morbo más depravado, abandonaba otra fiesta más de aquella a las que, como miembro del casi extinto, ella y Karen aún quedaban vivas. Pero, aún poderoso e influyente Clan Morrigan, se veía obligada a acudir.
Alguien había colado una foto en su bolso. Cuando ya nadie la veía, la saco para observarla: Eran Hansel y Gretel junto a la bruja, quien los abrazaba desde atrás, mientras, los tres miraban a la cámara. Seguramente, en esos momentos, los pobres desconocían que aquel era su último banquete, y que, al día siguiente, serían ellos los que ocupan el lugar, sustituyéndolos como la bruja llevaba tiempo esperando (tato tiempo de cebarlos y hacer hambre para poder comérselos a ellos), de todos aquellos manjares sobre la superficie de la mesa... como los ricos lechones, sabrosos y tiernos, en los que la bruja los había ido convirtiendo...
La señorita Muffet
Sentada en un taburete,
Comia su cuajada y suero de leche;
A lo largo de ella vino araña,
Quién se sentó a su lado
Y asustada la señorita Muffet corrió a distancia
-Esto se llama aracnofobia – dijo, la Danzante,c errando el libro que tenía sobre sus piernas -, a un asesino puede serle muy útil esa información sobre su victima. Pero, cambiando de tema, querida Ángela, me pregunto ¿como puedes ser la única que se encuentre con Davinia ahora que ella esta muerta? ¿Qué te hace tan especial para que sea a ti a quien se aparezca y no a su creación, yo?
Ángela guardó silencio... Hasta que lo rompió, y con sincera sorpresa preguntó:
-¿Esta muerta? Pero, ¿y las fotos y las historias?
La pálida visitante no responde, solo la entrega un paquete.
-La foto es de Hansel y Gretel cuando llegaron a la casa – dijo la visitante, hablando de la foto que venía con un traje de campesina alemana, un disfraz de Gretel -, ella ya estaba para comérsela, entonces, pero, como veras, a él aún le quedaba bastante para convertirse en un rollizo y seboso joven lechón en el que la bruja lo convertiría antes de comérselos... A esa bruja le encantaba hacer fotos, como veras.
-¿Y el traje? – pregunto curiosa Ángela.
-Para el día en que yo venga a buscarte, ese día quiero que lleves ese traje puesto para mí – y sin más, la Danzante de la Muerte, se levantó y abandonó el lugar.
Hace un año, Daniela esperaba en una cafetería, las gafas de sol de enorme tamaño impedían ver sus ojos hinchados por las lagrimas, pero, el gesto de su mano soportando su cabeza, y los dientes apretados entre los jugosos labios, traicionaban su tristeza...
... Estaba volviendo a casa en el tren cuando alguien la detuvo, y la piropeo... Ella sonrió, aquella tarde necesitaba sentirse bella y que alguien la hiciera notar que lo era a los ojos de los demás. Luego, esa misma persona, la habló de una mujer que podría ayudarla solo tenía que llevarla a alguien, una muchacha... Estaba tan herida que no dudo un instante en aceptar el trato si de verdad aquella mujer podía ayudarla a vengarse...
... Otra chica, una a la que Davinia guardaba como un tesoro, la ayudo a atraer a la chica hasta Oz donde la Bruja Emperatriz las esperaba...
¿Como podía haber sido tan estúpida? Se preguntaba ella a veces...
Deliciosa, en bikini, Ángela recuperaba la sonrisa tras la marcha de aquella inquietante visitante...
... ¿Porqué debía ir disfrazada de Gretel cuando ella regresara a visitarla? Aquello era surrealista... Pero ¿acaso no lo era que llevara semanas hablando con alguien que, según aquella visitante, estaba muerta, des hacia casi el mismo tiempo?
Aquella noche tendría otra fiesta, para la que ya tenía preparado un ajustadísimo vestido rosa... Repartiría sonrisas y robaría miradas, quizá Davinía volviera a reaparecérsela y podría preguntarla si era real o es que ella se estaba volviendo loca... Un momento ¿Preguntarse aquello, no era de ya, de por si, que estaba loca de atar?
Ángela rió y se fue a poner el vestido...
Otras fiestas, Ángela hermosa, embutida en un traje blanco que como siempre es casi una segunda piel de lo pegado que esta a su cuerpo... Regala sonrisas, miradas sexys, y poses que roban miradas y abren el apetito de los lobos con piel de cordero que suelen frecuentar aquellas fiestas...
Ángela había olvidado la visita, un día vio el disfraz de Gretel en su armario y decidió que la iría bien para una fiesta a la que debía ir... Estaba caminando por el pasillo, cuando la Danzante apareció frente a ella.
-Ha llegado el día... Hace mucho que mi creadora y tu no os encontráis ¿Verdad? – habló la pálida muchacha -... Ella te esta esperando al otro lado.
... Y, sin más, el acero cortó el aire, sin que la sensual Ángela pudiera tener oportunidad siquiera de gritar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario