Forma arbitraria, serena y rebosante de criterios falsos,
Cortina de silencio, sobrecogedora y reconfortante,
Interrupción de un pensamiento taciturno,
Que desvela claramente esos finos lazos,
Envueltos sin querer zafarse de la realidad,
Tejidos en una red de sueños,
Nociones que dan a mi mente estabilidad,
Erguida entre campos estériles,
Comprendía una sentencia al recuerdo,
Está todo lo que represento,
Ahora se desploma y mi mente se retuerce,
No lo soporto,
No lo comprendo,
No lo recuerdo,
Hoy no me encuentro bien,
Ni un mañana augurioso,
Ni un ayer tortuoso,
No olvidaré los días que mi alma ha rebosado de serenidad,
Esporádico sentido de pertenecía a mi propia realidad,
Nunca se irán, presentes estarán...
No recuerdo las veces que mis ansias me han hecho alucinar,
Inquietantes, insistente y pujantes,
Incita un credo a despertar,
Un signo de resignación a la vida sin entregarse a la muerte,
Una enfermedad... un desapego a la humanidad,
Un signo que reclama reposo y se enciende en odio,
Tan voraz que lo consume todo,
Avasallante entre chasquidos disonantes,
Sin duda una fragua de sentimientos, ideas y locuras,
En un parpadeo se ha ido todo, solo fue un delirio,
que ha sepultado mis regocijos con sigo.
En este fin me encuentro en el comienzo,
Soy una dicotomía de pensamiento superfluo.
Una subdivisión compleja de pensamiento y comportamiento,
Algo que aborrezco hasta este momento...
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