Ahora,
la doncella que conjuró mi demencia, con artimañas que deleitan enfermamente mi
ser. Tanto diosa como diablesa es en definitiva una condesa de un reino
taciturno. Consumiendo entre deseos y esperanzas de un simple cúmulo de
entrañas. Termino siendo un festín de falacias, desmesurada sangre
efervescente, amarga, fría y volátil… Ahora que ya sabes porque no muero, en un
infinito estertor que alimenta tu estupor. Quiero verme reflejado en tu
sentencia siendo castigado por tu voz.
-
Hola
cariño, ¿Cómo te sientes?
-
Algo
agotado, ya mi cuerpo no es lo que solía ser… ¿recuerdas esos años en los que
solíamos viajar?
-
Claro
que lo recuerdo, solías manejar incansable durante horas y podías incorporarte
a la diversión sin dormir ni un poco.
-
Me
motivaba ver tu rostro sereno junto a mí, era un milagro el solo verte
trascender en la naturaleza, en la oscuridad, tanto en la tierra como en el
cielo.
-
Tan
adulador que tus palabras sentencian a estar en tus brazos, quizás tu
elocuencia y tus versos sean mis grilletes pero aunque sea así… moriría junto a
ti.
-
Quizás
ambos seamos grilletes de versos, pasión y desenfreno.
-
Tal
vez, estoy segura… Seamos nuestros propios verdugos, o mártires que sufren en
silencio, gritan epitafios y desvelan el placer de besos recios.
-
Eres
el dolor que me convence, me envenena y enaltece.
-
Siempre
que estés en el infierno deberás subir los peldaños… allí estaré, aguardaré
siempre.
Le he
dicho que guardase silencio pero es insistente… ahora no se puede tener un
tiempo solas, no pueden permitir que otras personas se regocijen con el solo
hecho de estar solos, nadie lo comprende y quizás nadie lo haga o quizás lo
hagan, tal vez demasiado, malditos desgraciados. Deja de hacerte el tonto –me dice-. Basta de tonterías poéticas e insultos hacia todo lo que es literatura,
ve trabaja y has algo productivo con tu vida –continua tajante-. Yo sin
embargo le remito una mirada fulminante y lo veo caminar de un lado a otro
preocupándose por mí…. Le ruego al lector que en su falta de perspicacia no
continúe leyendo si no comprende mi sarcasmo ni mi humor. Ya se ha ido y con él
lejos puedo sacar la botella de ron añejo que guardo en la gaveta inferior del
escritorio, siempre bajo llave para prevenir que alguien meta sus narices o su
boca donde no deben, como una prostituta con cinturón de castidad.
Hace
algunos días cometí un error, fingí tener lástima, me dejé llevar por lo que
pensaban los demás y pretendí estar triste, es mas mi actuación fue creíble,
pero luego de haberte hecho la idea de que aquello era inevitable, la muerte
termina siendo tan tranquilizante para cualquier ser modesto y agonizante. Así
se vio mi padre, en el predicamento de aceptar su destino. Recuerdo haberle
hablado, o mejor dicho escuchado entre sus insultos y su manera de mofarse de
mí que me recomendaba que alejase la vergüenza que le causaba y buscase una
profesión. No hablé mucho con él, al poco tiempo ya había recorrido medio país
en busca de cualquier excusa para establecerme, para ese entonces ya estaba
harto de viajar.
Ya la
noche calló completamente, mis manos se encuentran heladas y entumecidas, las
noches se han tornado cada vez mas inclementes además la soledad parece
contribuir con ello. Entre estas paredes, muros cubiertos de un tapiz raido,
estantes de libros polvorientos, viejos cuadros en cada pared parecen
observarme con sus miradas acusantes y delatoras.
Tocan la
puerta, sonido tortuoso que perturba aquel momento de alegoría, mi voz no se
atreve a salir, quizás por el tiempo en el que he estado en silencio o por un
extraño presentimiento. Ahora una voz ronca y quejica se presenta desde el otro
lado de la puerta. ¡Lárgate! –Grito angustiado- ¡Déjame en paz de una buena
vez! –Continúo gritando ahora más desesperado-. Quizás se tratase de mi hermano
o algún cobrador, eso lo ignoro.
Ha
pasado un tiempo, no sé cuanto exactamente, he perdido el conocimiento por la
embriaguez, no comprendo pero ahora escucho. Viejos cuadros me hablan, sus
labios se mueven y en la sinfonía del silencio llenan de palabras mis
pensamientos, silban disparatadas ideas alusivas a la muerte y la culpa. Son
quienes golpean una y otra vez el cerrojo para el cual no existe llave, no
habría forma de abrirlo y sin embargo la corrosión va de la mano con el tiempo.
¡Oh si!
Duerme en mi regazo, la razón de mis penas, mis clamores y mis poemas. Guarda
tus alas y cambia por placeres tus dientes y garras. Reserva tu recelo alimentado
por oscuros miedos, salva tu inocencia o al menos dibújate con dulce clemencia.
La plena
y rebosante locura de este cuerpo nauseabundo; Inmundicia que tiñe un lienzo que
confunde los sentido a destajo. Evadir la mentalidad desequilibrada, mantenerse
a ralla sin dar indicios de locura es una Azaña. Ahora me estoy ahogando en un
mar o en un vaso de agua pero podría estar envenenada ¿no? ¿Quién podría querer
verme muerto? (pregunta estúpida) pues no soy más relevante que un insecto en
la inmensidad del desierto.
Sol
abrasador y calor, la inclemencia sobre mí y la sequia de todo sentimiento
sublime. ¿Hay lluvia? sí, es lluvia precipitándose, como las cristalinas
lágrimas de un inmenso cielo abarrotado te nubes y relámpagos pero el agua no
es más que un líquido corrosivo, acido que carcome hasta mis huesos, hasta
hacer de mí una mísera mugre en el suelo. Por eso ahora vivo del alcohol, su
fuerte aroma y su sabor mitiga el clamor a esos besos, a los ojos que se
perdieron para no volver más y un corazón que se encuentra inerte.
Puedo
escuchar paso cerca, la madera que cruje
y anuncia a un insolente intruso, sin lugar a dudas, curiosos de saber lo que
hago, lo que escribo, lo que pienso… pero sin duda quedarán con la intriga.
Otro vaso de para componer mis nervios, mi pulso y calmar mis pensamientos. Aún
así continuo…
Me he
visto morir cientos de veces, la alegoría de dejar la faz de la tierra es
nublada por el hecho de dejar seres queridos pero en ese momento acude a mí una
pregunta, ¿No debes morir porque alguien llorará? A mí acude otra voz que me
dice: ¿Por qué debe importar si ya no existirás? No, aun no termina, tal
planteamiento puede ser usado en la misma existencia del ser humano ¿Por qué
deberíamos permanecer acá?
Desesperadamente
bebo de esa botella, el calor volvería a mí con la cordura y también la vida.
Existencia que se escurre entre mis manos, pecado que rojo color, turbio y
espeso. Ese es el frío que me invade, el alma que se apaga y decae. Entre mis
brazos se encuentra el amor pero estoy rodeado de odio y compasión miserable,
solo mentiras, solo patrañas, solo prejuicios todos ustedes… ¡voltéense,
Déjenme en paz! Sí, ¡Ellos! Viejos cuadros que me observan, me juzgan y se
niegan a darme libertad. Tres cuadros que leen mis versos más de lo que
escuchan mis palabras, siempre lo hacen, se inmiscuyen y hasta me maldicen.
Todos me
ven como un signo de desgracia, eso me excita al punto de querer satisfacer mis
deseos carnales pero no tengo manos ni piernas, ojos y oídos. Solo soy un
espectro dentro de una miserable existencia humana ¿soy su reflejo? O quizás…
¿su contraparte?
Que
haría para salir de acá y fundirme con el mundo y hacerlo colapsar (cataclismo).
Ya paren de criticar, si ni saben nada de mí, solo leen sin comprender, solo
buscan frases con las cuales citar mi locura y así poderme rechazar.
No me
importa si me odias, me alegro que así sea, solo me rio, de mi burlesco
semblante ¡Me siento importante! Ahora dirás "canalla" pero yo diré
"basura" si soy una basura, me he autocriticado tantas veces que me
es causa de gracia. ¿Critican mi sentido del humor? ¿Juzgas al ser mañoso que
con comentarios sarcásticos ha herido tu orgullo? pues me siento mal por no
haber dicho mas ¿es tan malo patear traseros con solo palabras? Así como el que
se tropieza torpemente merece burla el que intenta ofender merece contraataque.
Sí, señores
lectores (los pocos que hayan leído) soy desagradablemente inhumano, ya esa
característica la he perdido y con ella mi misantropía se ha desarrollado. Un
fuerte desapego a mi familia, amigos y seres "¿queridos?" es algo que
me invade a cada momento, en mis noches de reflexión, cuando cojo la pluma y
comienzo a desvariar. Noches como hoy, tan inquietante, sumisión del tiempo
frente al destino, delicia, que delicia.
La
repulsión hacia la humanidad misma y el detestable aislamiento de todo ente
externo. Un ermitaño que se muerde las uñas en signo de desesperación, sigue
hasta roer sus propios dedos en señal de hambre y se autoflajela propinándose
un castigo. Efectivamente apesta, es horrendamente desagradable, entre su
propia inmundicia solo causa lástima y entre eso la risa de algún desquiciado
insensible. ¿Ahora me juzgan? Apuesto a que quisieran estrujar esta hoja de
papel y luego quemarla para evitar que cayese en las manos de un pobre iluso
que siga mis pasos.
Dañamos,
destrozamos y acabamos con la naturaleza; aún así ¿merecemos vivir? pues otro
dirá que nadie debe morir porque otro llorará... es algo "patético".
Continúo de pie solo por el beneficio de gozar de una existencia, a merced del
vicio que nos corrompe y condena, en la éctasis agridulce de amargo regocijo
dentro de tanta desolación. Si ese fuese el caso de cualquier historia yo sería
el villano indudablemente, aquel que no dudaría en actuar despiadadamente sin
temer a consecuencias; esperen un momento ya lo soy, ya lo he sido tantas veces.
Ahora lo
saben, solo me queda pintar un nuevo cuadro pese a un fatídico engaño… No
olvidaran nunca mis palabras, ni mis escritos, indagaran en mi mente y yo en
sus semblantes inmortalizados. Solo pienso en mofarme de su desgracia y de
propio triunfo.
¿Que no
puedo reírme? es tan simple ver que el sujeto solo es patético, solo la muerte
lo sacaría de allí y yo sin duda podría matarlo pero no habría ya de que
reírse. Vamos el hombre es vil por naturaleza, no existe persona que no haya
sentido odio, que no haya experimentado la ansias de vengarse y sin embargo el
que no tiene necesidad ni motivo para matar lo hace. No se necesita motivo
alguno para querer extinguir una existencia, me refiero a alguna razón para
matar a una persona en especifico; sin embargo la razón de cometer tal hecho se
encuentra en la mente del perpetrador.
Los seres humanos acabamos
desmesuradamente con todo a nuestro paso, el consumismo, la buena vida, la
"evolución" nos acercan más a nuestro fin y aún así no podemos dejar
de vivir de la manera que acostumbramos. ¿Ahora
me creen? no soy el vil villano... solo alguien que se ha aventurado a revelar
lo que nadie quiere pensar.
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