La filosofía es algo tan común para el hombre como escuchar música o ir a cagar. De hecho, es tan común que generalmente nos olvidamos de ella. Fué materia obligatoria para los grandes pensadores y líderes de las civilizaciones antigüas, como los griegos, romanos, persas y demás. Gracias a la filosofía el hombre descubrió y categorizó todo lo que podía ver, e incluso generó teorías sobre aquello que no podía observar o no estaba a su alcance como las estrellas y los átomos.
La filosofía es la búsqueda de respuestas esquivas y complejas a preguntas sobre aquello que no logramos comprender del todo, o sobre los orígenes y procedencia de algo en concreto. Preguntas como ¨¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Quienes somos? ¿Por qué somos los únicos de entre todas las especies con la capacidad de razonar tan avanzadamente?¨, son claros ejemplos de interrogantes filosóficas, cuya respuesta puede tardar una vida entera en encontrarse.
En ocasiones, podemos toparnos con preguntas y enunciados plasmados en tinta sobre las paredes de las calles, puertas, postes, ascensores y seguramente en los baños públicos. Los baños públicos alojan una inmensa cantidad de mensajes anónimos, y algunos de ellos transmiten verdadera sabiduría en un sencillo enunciado, o tal vez expresen mediante un poema ràpido verdadero arte literario.
Pero, la mayoría de los enunciados son difamaciones, improperios, número de teléfonos ofreciendo servicios especiales, declaraciones de amor, datos hípicos, números de lotería y demás trivialidades absurdas. También podemos toparnos con mensajes que a primera vista parecen extraordinarios y sublimes pues resultan complejos y aparentan sabiduría, cuando en realidad son enunciados llenos de estupidez.
Tomemos por ejemplo, la imagen que retraté del baño de un local que frecuento. Se lee claramente: ¨Life has sense, you just have to find it.¨, que en español sería: ¨La vida tiene sentido, sólo debes encontrarlo.¨.
La primera vez que leí tal enunciado, me sorprendió muchísimo pues me resultó una reflexión compleja sobre una pregunta que cada día el hombre se ha hecho a sí mismo desde que puede razonar, sobre el sentido de la vida, el sentido de vivir día a día en comunidad, observar cómo pasan los años y cómo interactuamos con los de nuestra especie. Al momento pensé que era obra de un erudito, de un sabio, de un jóven quizás con mucha experiencia y capacidad de análisis.
Luego de ver el mensaje varias veces, cada vez que iba al sanitario, reflexioné a fondo sobre el contenido del enunciado. Poco tardé en darme cuenta de que en realidad era una estupidez disfrazada de reina, pues a decir verdad no es una respuesta clara a una pregunta en concreto. No ayuda a encontrar el sentido a la vida, sino que en realidad nos recuerda lo estupidos que el autor cree que somos. Es cierto que la vida debería tener sentido, pues eso es lo que nos gusta creer, pero en realidad no estamos seguros de que en realidad la vida tenga sentido alguno. Al nacer no se nos entrega un folio con los objetivos que cada uno debe cumplir, sino mas bien venimos a la deriva, producto del azar en algunos casos, y producto de la planificación familiar en otros. Pero aún así, nuestros padres no tienen idea de qué vamos a hacer cuando seamos adultos, pues ellos tampoco tienen idea de cuál es su misión.
En resúmen, se trata de nada simplemente de un enunciado vacío producto de la embriaguez y posiblemente de narcóticos, que no responde a nada, ni ayuda en un coño.-
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