El gesto provocador, los senos casi desbordan la camiseta, su lengua sobresale entre unos labios sensuales y una boca abierta que invita a quien esta fotografiando a que haga con ella lo que desee...
... Sin soltar la cámara, ni dejar de hacer fotos, se desnuda para que él la vea... la desee, la acaricie... Quiere que hagan el amor, el mohín de sus carnosos labios le indican que ya esta tardando en hacérselo... Sus pechos son redondos y grandes, casi antinaturales...
-Desnúdate – la dice, mientras él se saca el miembro.
Ella lo toma hambrienta, sus pezones se ponen duros al primer contacto con suavidad del glande contra sus labios...
... El la tributa una amplia y rápida corrida...
-Ahora jugaremos a algo diferente – la anuncia él divertido, mientras coge sus bolsa - cierra los ojos, y túmbate de lado en posición fetal.
Ella obedece, y él saca una pareja de estacas de madera, con las que la penetra el ano y el sexo...
... Ella se duerme profundamente, y sueña con una bestia, un demonio, de piel azulada, que la viola en un cementerio.
Mientras, él, seguro de que el hechizo la mantendrá dormida hasta el final, se va de la casa, llevándose de recuerdo, trofeo, la cadena y el crucifijo de ella...
-Ahí te he dejado las sobras – le dice a la Danzarina de la Muerte, cuando se cruza con ella.
Vestida de BlancaNieves, para la ocasión, con manzana podrida, incluida, en una de sus mano, mantiene la cuerda con la que sujeta, como si de perros se tratara, a los Siete Guardianes (todos tan hambrientos, y ansiosos, de carne humana, que sonríen, con dientes amarillentos y apuntados, como los de los tiburones o las bestias del infierno, al oír la feliz noticia de que un banquete se les promete y acerca), enrollada a su brazo izquierdo (ya completamente recuperado)
-Paciencia, mis pequeños viejitos, que habrá para todos – les calma, la pálida muchacha, mientras sus ojos vacíos no desvirtúan el férreo gesto de determinación por hacer lo que ha de hacer... Ahora ella era la Muerte en la tierra, cada vida quitada, cada cuerpo que sirviera para saciar el inabarcable apetito de a la Gran Destructora, era un buen día de trabajo más...
La bestia azul del sueño de la chica, deja atrás al grupo, para que rematen a la muchacha que les ha dejado en bandeja... Jack Crow poco a poco va recuperando su forma humana... al tiempo que se pregunta ¿qué es lo que le impulsa a seguir por los senderos que le marcó su madre? ¿Quizá si hubiera conocido a su padre...?
Pocos saben que Hansel y Gretel tenían una hermana: Basilia, a la que todos llamaban la Hermosa; la bruja si lo descubrió antes de comérselos, y apuntó el nombre de esta para un próximo menú... Tan ricos le habían sabido los dos, que estuvo incluso dispuesta ella misma a ir a buscarla... Y así se lo ordenó a su casa, la cual, elevándose sobre patas de gallina, fue por el camino que el olfato de su dueña marcaba...
Desnuda y apetecible, profundamente dormida, la deliciosa dulcemente boca entreabierta, apenas cubierta por una transparente sabana de seda roja, rodeada de rosas, encontraron “Blancanieves” y los Siete hambrientos Guardianes, a la Bella Durmiente...
-Vamos, mis pequeños hombrecitos, es la hora de cenar, la mesa esta lista y la mesa decorada con un centro de rosas – dijo, la pálida muchacha soltando la cuerda con la que los retenía... Dejándolos libres para disfrutar de aquel hermoso banquete.
-¡Yo me pido muslo!
-¡Yo pechuga!
-¡A mi dejadme una de las nalgas!
-Al final siempre me toca la cabeza!
-¡A mi déjame el otro muslo, y el resto de la pierna!
-¡Alguien trajo la salsa barbacoa, yo quiero sus costillas!
-¡Dame la otra nalga que estos brazos apenas tienen carne que roer, son solo hueso!
Ella se quedo en un aparte, fría, vacía, incapaz siquiera de disfrutar de aquella escena ni para bien, ni para mal...
El traje de Ángela resaltaba cada una de sus curvas, pegándose a su deliciosos cuerpo como una segunda piel de color negro brillante... Tan brillante como su sonrisa, no era de extrañar que todos se quedaran mirándola...
-¿Sabes lo que le paso a Basilia la Hermosa? –Davinia surgió de entre los admiradores, con dos copas en la mano, le dio una a Ángela.
-No.
-Te lo contaré – dijo, Davinia, dando un trago de su copa.
....
Basilia se había independizado, y vivía ya lejos del hogar familiar para cuando sus padres echaron a Hansel y Gretel a la calle... así que ella no supo hasta muy tarde de aquello, y para cuando se entero estos ya estaban en el estomago de la voraz bruja.
Como no sabía de la suerte de sus hermanos, pasó días buscándolos por las calles, hasta que la Bruja la encontró a ella, mientras se tomaba un descanso en un parque.
-Hola, sobrina – la bruja se relamió, no estaba, Basilia, tan rolliza como sus hermanos, pero, prometía ser un buen bocado-
Con una sonrisa ácida, y levantando sus dedo corazón, Basilia respondió a la extraña.
-Lo siento, pero no tengo tías... Así que date la vuelta, no tengo tiempo para tu rollo.
La bruja ni la escucho, solo vio aquel dedo bien gordito, y las carnosas y sonrosadas mejillas, que la ácida sonrisa había remarcado, y pensó en como atraerla a su casa y allí mismo asarla para comérsela.
Decidió ganársela por el encanto.
-Noto que estas triste, los buscas a ellos – dijo señalándolos carteles que tenía, Basilia, a su lado, con las fotos de sus hermanos.
Aquella mujer era la primera persona que mostraba algún interés en el caso, así que su gesto cambio... y comenzó a contarle a la bruja una historia que ella ya conocía, y que, al contrario que la deliciosa Basilia (a la que a cada momento encontraba más apetecible y sonrosada), sabía como fue el final...
El sol pegaba bien fuerte aquella tarde, y ala cercarse más para abrazarla y consolarla, la bruja, noto que Basilia sudaba y aquel olor la incomodo... “No importa”, pensó, “En cuanto al tenga dentro de mi casa, me daré prisa en calentar el baño y lavarla bien, porque me la voy a comer hoy mismo... Con esta no voy a esperar”
-Mi casa tiene patas, y se eleva muy alto – la dijo, la bruja, para convencerla de que se metiera en su casa – desde allí habrá mejor vista ¿Aceptarías mi ayuda?
Basilia dudo un momento, pero, como aquella mujer había mostrado tanto interes por sus hermanos, acepto...
... Un vez dentro, la bruja cerro con cerrojo, e invito a darse un baño, que ella misma ya había preparado: ordenando mentalmente a su casa que pusiera la bañera a llenarse con agua caliente; mientras ella miraba a por la ventana a ver si veía a sus hermanos perdidos...
... Como era de esperar, la bruja en vez de mirar por la ventana, en cuanto tuvo a Basilia dándose un baño, lo que hizo fue coger las ropas de la chica y quemarlas en al estufa... pensaba llevarla, desnuda y bien limpia y perfumada, directamente a la cocina...
... Y tal como fue planeado, ocurrió... Sin darla tiempo a secarse, la bruja arrastro a la sorprendida Basilia hacía la cocina, donde el enorme horno la esperaba con la puerta, como si de la boca de un voraz y llameante dragón se tratara, abierta...
-Túmbate en esta mesa, que pronto te vas a reencontrar con tus sabrosos hermanitos.
Basilia la miro con horror.
-Usted sabe donde están Hansel y Gretel ¿Qué hizo con ellos?
-Claro que lo se, me los comí asaditos – y terminando de asegurarla, a fin de que nos e moviera, a la mesa de madera, y amordazándola con una roja manzana -... Igual que voy a hacer contigo...
Y sin más, la mujer, después de cubrirla con salsa barbacoa, la metió al horno, y se sentó a esperar a que este le anunciara que Basilia estaba ya en su punto para comérsela...
...
-Y eso es lo que paso con la hermanan mayor de Hansel y Gretel, Basilia – terminó de contar, Davinia, al mismo tiempo que se acababa su copa y dejaba de nuevo sola a Ángela para buscar una nueva – discúlpame, querida, enseguida regreso.
Ataviada con un vestido, algo deshilachado, del color amarillo, que destacaba con piel blanquísima, y unos guantes sin dedos del mismo color, hacía guardia, la Danzante / Hermana de la Muerte, en compañía de un Gryzzmolking, fuera de la fiesta.
-¿Sabes que en el cuento original, la Bella temía que la Bestia la hubiera obligado a ir a su castillo para devorarla... Incluso, cuando esta le hacer servir la comida, la Bella piensa que esta pretendiendo engordarla? – comentó, ella, para romper el silencio.
-Yo me la hubiera comido sin dudarlo, he visto la película de Disney y la serie que hizo Stella Warren... Y ambas Bellas están para comérselas sin pensárselo.
Ella sonrió... Desde luego, aquellas bestias tenían la sensibilidad artística en el estomago.
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