Regálame dos segundos y se convertirán en horas,
Minutos que me agobiarán por días,
Momentos que prevalecerán por años,
Años que evocaré en el final de mis días,
A veces ignoro que estoy vivo,
Cada cimiento que sostiene mi conciencia desvaída,
Entre desilusiones, fracasos, mentiras y desengaños,
Un tropezar tan tonto al compás de un ritmo irónico,
Y entre escalones caigo al cielo y a la tierra y viceversa,
La gravedad y una estúpida inercia,
Míseros segundos que prevalecen por horas,
En representación del fin vivo el comienzo por días, horas, minutos y segundos,
Solo soy el infinito en un grano de arena,
Un cielo sin nubes ni estrellas,
¿Te parece una frase trillada?
Pues... Perpetúa noche que desterró el alba,
Cada grano de arena, de triunfo o una experiencia,
El reloj gira y da su visión alegórica y repetitiva,
Al romperse da una introspección fragmentada,
Un Todo sin ti no es dicha pues es "nada",
Ya he dicho que caigo sin importar cuando pero caigo,
Caería a tus pies rendido y resignado,
Caería al cielo y lo destruiría encantado, si eso me permitiera estar a tu lado,
Juro que invitaría a Gardel a un trago,
Si en un tango pudiese asechar tus labios,
Miradas que juegan y ruegan por un contacto,
Lo diré rápidamente para no advertir lo que se ha escapado,
Revelar siquiera un vestigio de imprudente debilidad y descaro,
El tiempo me juega sucio cada hora, cada minuto y cada segundo,
Permíteme ser mago sin hacerte ver ilusiones,
Así que regálame dos segundos y se convertirán en horas,
Serán minutos que me agobiarán por días,
Dulces momentos que prevalecerán por años,
Incontables años que evocaré en el final de mis días.
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