Averno
cementerio
Dos velas
en mi entierro
Alma mía
rencorosa sin destino alguno
Flácido
cuerpo mío sin perdón alguno.
La pulcra
llama que adorna mi reflejo
Apunta
hacia el cielo, efímero destino.
Yace aquí
mirada en ojos fijos
Sin rumbo
ni dirección, el odio es su guarida.
Nubes
grises resplandecientes de ternura
Enunciando
una tormento en momentos de penumbra.
Tus gotas
anuncia la llegada del desvelo
Ya sin
resultados, ¿clamando a tu destino?
Gracia mía
asemeja a la felicidad del carroñero
Aspirando
sangre ver… en ojos ya enfermos,
Ese rio
cristalino, aroma del corazón,
Lagrimas
desbocan… vuestro abismo es mi pasión.
Yace causa
mía a la felicidad la cual estoy,
Opaco
hogar de escasa sensación,
Placidez,
extensión del alma mía,
Ataúd
sereno, destino mío habéis cargado…
Perturbadora
idea para un alma sobornada.
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