Una soga
para aquel respiro,
Que en
tormenta sigue vivo,
Sollozando
entre mendigos,
Ideales
vuestros allí consigo,
Una moneda
por ti, testigo.
Afable armonía…
de antaño,
Emiten
versos en labios suyos,
Que en sus pechos mis ojos danzan,
Entonando
el vals entre sus piernas,
Una moneda
por ti, testigo.
Aliases
conciertan su llamada,
Apaciguando
a las llamas del alma,
Porque difícil
no sois de conseguiros…
Colega amada
entre mis vicios,
Una moneda
por ti, testigo.
Esencia
vuestra que en aire florece,
Gabela
digna de un pulcro edén,
Adonis de
alma entre mortales,
Sois
frágil caricia del hacedor.
Una moneda
por ti, testigo.
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