Te llamo
el Salvador del siglo XX,
Crucificado
por las caricias de tu pecado,
Libertad…
prohibido fruto de la moral.
Poeta
ilustre de políticos versos,
Fogosa
alma de un puño marxista
Que en tu
pecho firme sostenías,
Aquellas
que al averno hastió,
Por colmar
a un pueblo de confianza,
y al
futuro de ideas, honor y valentía,
Aquella
que al Goliat dio frente,
Llevando
al frente, orgullosa bandera tuya.
Fuiste un
toro en un mundo de toreros,
Soportando
las espadas que del cielo caían,
Por
antropófagas aves de hierro,
Como
lágrimas que la tierra esparce
Bajo la sombra
de un Araucaria,
Domadas por
la norteña incultura humana.
Impediste
que del río inundasen
Su vida
por aquellas infectadas calles,
Mientras
del cielo hacías llover tu sangre,
Sobre
aquella desnutrida flor,
Hoy flor
de resistencia,
Abonada
por las balas del fusil,
Que a tu cuerpo...
Al descanso acompañó.
Al descanso acompañó.
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