¿Que he de hablar de su piel de
lienzo,
el marchitar de sus labios
y la potamología adictiva
que yace en la geografía de su cuerpo?
Es una trinidad del ser, arcilla y
barro...
el todo, la nada y la duda,
porque el amor y el odio se requieren,
como el que ata, el liado y quien
exime,
quien otorga, quien acoge y el suspiro,
quien miente, el mentido y la mentira,
el cazador, la presa y el hambre...
es una silueta viva que al hacedor
define,
un oxímoron de vida y muerte,
Un trinomio perfecto.
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