Debería llorarte,
mas hipócrita puedo ser,
como lágrima que destierra al llanto,
al decir que plaño tu muerte,
pero oda al pecado hago,
con un egoísmo inerte que masturba
la flácida simetría de mi temple,
al aceptar con desdicha,
la nefasta virtud del ser...
porque no lloro tu muerte,
solo lloro tu ausencia,
porque Nietzche a dios a vuelto a matar
orando sobre una capilla ardiente,
donde las flores nacen con aroma a café,
sobre una tierra maldita,
porque hoy los frutos cosechan oro
sobre raíces ajenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario