Dichoso aquel que en sus besos se consuma
Como el café en el agua, dispersa,
presente
Y a sorbos le frecuente,
Consecuente de elocuencias e
inocencias,
un cianuro bañado en chocolate y
fresa.
¿Fruta prohibida?, ¿pecado latente?,
Una dosis de alquimia en un sorbo de
alegría
Y yo acá jugando a ser el Rey Midas
De unos labios que sueñan oro,
Porque hasta un mar sereno se agita
Ante el suspiro de una noche de
espasmos.
Un deseo que se cobija entre flores
de loto,
Navegando en aguas de anhelos ajenos,
Sin que olvide su nombre e inocencia,
una efemérides de la utopía,
entre labios le llevo sin recuerdos.
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