lunes, 17 de julio de 2017

PROMESAS


Dícese que al alma se le invoca
en una danza de lenguas y labios,
ojos cerrados, pasiones fugaces,
un momento en braille
donde la piel exige expresarse,
pero mis dudas, latidos de la inopia,
no ubica la paz de mil montañas prometidas,
porque en ese preciso instante,
me sentencio entre sus piernas
a un vino con el diablo...
pero adicto soy a mi torpeza
de besar sus labios errados.

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