lunes, 13 de mayo de 2013

Ventana




Pequeña ventana que asoma lo imprevisto, se retrata ella en el rectangular de aquel umbral, la puerta que encierra tus palabras y en la mutez de tu expresión intranquila... el silencio muestra el vació y tus gestos demuestran descontento. Tus labios se mueven frenéticamente como queriendo besar la razón y como si no bastara con eso tus ojos, tu mirada levemente perturbada que insinúa un vuelo fuera del encierro de las letras. No puedo escuchar pero desde el laberíntico camino que representa mi mirada perdida y mi conciencia distraída, puedo respirar tu voz y observar tu libertad. Así cruzo la puerta sin abrir, ni entrar, ni salir y entonces me arrojo para crearte, renovarte, besarte e implantarme como una pequeña célula de pasión en tu imaginación. 



sábado, 11 de mayo de 2013

Notas Surrealistas


I





Juventud dolida en el paso incandescente de un sufragio agónico, donde los rostros conservan gestos que se degradan. Cada una de esas bestias toma su turno para arrancar su rostro y su dolor se inmuta ante su desconocimiento de la vida aunque lo hayan respirado desde antaño. Veo que el café se enfría, doy un lento sorbo mientras una mancha en la taza comienza a agrandarse. El tiempo es el esparcimiento de mi conciencia en la embriaguez de mis sentidos y sobre el sinsentido del espacio. El reloj avanza, se detiene, retrocede y me engaña, cada tic – tac turbulento que decapita cada segundo. La taza en mis manos está sucia y maltrecha, un color verdoso comienza a subir y a expandirse velozmente como el Ébola. Dejo caer la taza o tal vez a mi mismo… dentro, una inmensidad, calor abrasador, conciencia de putrefacción queriendo engullirme y un océano opaco como la mierda. Me aferro fuertemente a los bordes para no caer, mi respiración se agita, mi cuerpo se entumece y entonces me precipito… Se precipita la taza y cae al suelo, los fragmentos ruedan por el suelo y se esparcen. Camino, los piso, sangro, vivo. Los abandono y quedan en el olvido de mi cotidianidad.




II





Mi mascara se ha quebrantado tras una introspección. Mi silencio es un libro abierto. Páginas plagadas de metáforas como insectos circulando un cadáver, símiles aquejados por densas contradicciones y horribles juegos de espejos que distorsionan la dicotomía del ser. ¿Paradojas estúpidas? No soy un libro completo, soy lo que queda de un recital de versos cándidos, soy lo que resulto de innumerables cambios de rima, de saltos de páginas y de mutilaciones sádicas. Mis páginas están manchadas, cada una de las letras escritas en ellas son salpicaduras de tinta sanguínea. Escribo hasta en palabras, mi lengua dibuja, se entumece, te incita a gritos, te difama en silencio, te insulta bajo un credo, te penetra hasta partirte en miles facetas. Sorbo a sorbo despierto y tras cada parpadeo en el claroscuro de lo incierto. Tu perfil, tu semblante irradiado del verde, amarillo, azul, rojo, no lo sé… ni me importa después de todo siempre se oscurece, luciérnaga moribunda solo desapareces, te enmudeces y yo vuelvo a mi frío letargo.




III



En lo incierto. Noche, día, calor, frío…Tras la perdida del todo. Inhibición de lo trascendente, estupor gradual que me lleva de la mano con el sonido al dolor y gradualmente me desvanece hasta estar y no estar, llorar y no llorar. Puedo decir que los colores que desaparecen y se avivan de un plano a otro, un ocaso, cielo en llamas; no sé donde mirar con ojos cerrado y con el corazón en carne viva pero muriendo, descomponiéndose. Naturaleza dilapidada, bosques de lapidas nacientes dentro de la erosiva tautología de la decadencia. Futuro militante del futuro, pasado que me observa, pasos al unisonó que nos desplazan, ruego que sus lágrimas nutran la tierra y las mías estallen en conocimiento, cambio lucha ante los fusiles del cambio y la posmodernidad.



Mesera


Los autos cruzan como oleaje, en un ir y venir constante, su sonido retumba en donde mis palabras no son audibles, resonando en cada rincón. Las miradas se exilian del día que es una dama, añorando cubrirla de un velo nocturno, para encontrar patria entre sus estrellas y revelar su cuerpo y revolucionar su tacto sombrío. Nuestro lenguaje ni es silencio que escapa y se esconde, solo se viste de un frío etílico. De esta manera me doy vuelta al comienzo, bebiéndome el tiempo que me intoxica, observando la penumbra que surte de melancolía y jovialidad a cada borracho de cada mesa que es un mundo. Todo lo ignoro, a Juan Luis Guerra en el fondo, a las voces que rezan, a la lascivia en las miradas, la resignación en los semblantes, a las risas que engañan y cautivan, al incienso etéreo que se expande rozando mi rostro... Entonces la profundidad del océano me atrapa, me ahogo minutos mientras te miro y volteo para tomar aire. Súbitamente me sumerjo sin temer a su profundidad, me arriesgo y entonces volteas ¿por miedo? Son tus labios los que vuelan y me asechan; bailan y me asecha; se esconden y me asechan; me ignoran y me asechan. Eres una orquídea que florece furtivamente como el universo. Una orquídea que crece, me atrapa, me aniquila me da vida, habitando en mi propio olvido.