Siempre estuve unido al sueño del desconsuelo, deseando no ser más que polvo de nuevo, todo revuelto en las cenizas bañando el cuerpo de los gusanos. No quiero ser pesimista...pero a quien engaño?, soy la decadencia hecha persona, o al menos algo que parece serlo. No sé qué carajos hago aquí, al igual que todos, pero a diferencia del resto pertenezco a aquella minoría que esta tan extremadamente perdida que no tengo ni ganas de intentar encontrar un porque o un para qué?, siempre me burle de esas metáforas cursis y nefastas de "la vida es una ruleta rusa" pero son tantán bajadas, desde tan alto y yo...me elevo demasiado, subo al infinito en un segundo con una palabra, una sonrisa, un gesto diferente, bueno o malo, si es real me sume en un estado de felicidad excitante para luego caer de boca en el piso reventado en sangre...tan simple como que no puedo, no quiero caer más, fue suficiente de eso, un tiempo me hizo fuerte, o débil aun no lo sé, el que me rinda significa serlo? se puede seguir tratando de buscar algo que quizás ni exista? soy fuerte por enfrentar la verdad y rendirme al hecho irredimible de que no hay ninguna verdad o soy un mente débil que sucumbe al abismo del mundo?
Si, demasiada droga para mí...iré a dormir.
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Creo que estoy muerto.
Quiero decir, creo que estoy muerto y de paso en el infierno, ¿Dónde coño estoy? ¿Qué es ese olor a azufre...o vomito? si, definitivamente es vómito, maldición!
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Me levanto mareado, confuso, como todos los días desde los últimos 6 meses efectivamente duermo en un charco de mi propio vómito, no sé por qué rayos no morí ahogado en el mismo, así como Jimmy Hendrix, pero claro yo no soy Jimmy Hendrix y probablemente muera abaleado por uno de mis tantos enemigos ganados en las noches de juergas y apuestas...debo bastante dinero para ser francos, o tal vez me mate un carro, pero no moriré dignamente ahogado en mi propio vomito como el gran Jim...
Acabo riendo, ¿Qué cosas pienso? si la gente lograra adivinar mis pensamientos la mayoría de las veces (por no decir todo el tiempo) acabarían encerrándome en un psiquiátrico, aunque lo más seguro es que corran. Tomo un baño, duro un largo tiempo en la ducha con los ojos cerrados y dejándome llevar de nuevo por el sueño.
¿Que si trabajo? ¿Estudio? no, eso es para gente que no tiene nada en la vida más que tratar de darle un significado, yo solo tengo una vida que se que no vale nada, al igual que la de ellos (pero si me doy cuenta) y por eso la boto por las cañerías del mundo. Algún maldito empieza a tocar la puerta como desesperado, me pregunto si será un cobrador o gerard o...
Olvídenlo no pienso levantarme de la cómoda tina, así que trato de aislar mi mente, se me da fácil naci desconectado del mundo o tenía poca sintonía. Trato un rato pero, me es imposible, el maldito toca la puerta con tanta insistencia que creo que terminara derribándola con los puños, siento el odio y la desesperación corriéndome como veneno en las venas, haciéndome apretar los dientes hasta casi reventarlos: vete! vete! vete! quien quiera que seas lárgate! grito semi rogando pero no, el maldito sigue tocando y al parecer descubrió la existencia del timbre...genial.
Me amarre la toalla y salí crispando los puños dispuesto a cantarle 4 cosas a quien quiera que estuviera del otro lado del departamento, moje todo el piso de camino y todo mi plan se hizo añicos en cuanto abrí la puerta, justamente igual que hacía 6 meses se me hizo añicos todos, era un desastre, allí estaba Samara de pie con su rostro de niña, indiferente ante mí, creí ver una nota de sorpresa en sus ojos, pero se difumino rápidamente o tal vez alucine, lo cual es lo más probable.
- Aquí esta, haga algo. Adiós, Frank.
Y así como un minuto estuvo frente a mí dio la vuelta batiendo su cabellera pelirroja y se alejó, fue como una bofetada, me quede estático aspirando el aire impregnado de su perfume, ella había estado allí, había vuelto luego de su promesa...todo...para dejarme de nuevo como un niño abandonado en manos de otra: Mi madre.
Así que luego de aquella escena, estuve estupefacto frente a la puerta esperando alguna respuesta, algo que me hiciese reaccionar. Todavía yacía boquiabierto cuando por el pasillo cruzo la señora del cuarto piso, habitación 24… Carmen era su nombre; esa anciana maloliente e insoportable. Vivía para hacerles la vida imposible a las personas del apartamento y su rostro cenagoso por esa horrible mascarilla de lodo y plantas medicinales la hacían ver aún más desagradable.
Sentí un fuerte golpe en la cabeza, cuando entre en razón la vi frente a mí con esa expresión molestan entre tanto lodo pútrido. Estire mis brazos para protegerme de sus golpes pero al hacerlo mi cayó al suelo dejando al descubierto mis partes nobles. La anciana enfoco su mirada, sorprendida y soltó un gran grito de pánico mientras intentaba patearme la entrepierna.
- ¡Sal gusano insensato, desgraciado pervertido, maldito animal! Deja que te patee los testículos, no saldrás vivo de esta, te verás de patas en la calle…
- Cálmese señora, todo fue un malentendido
Lo que me faltaba, ahora esta anciana terminaría por hacerme la vida aún mas miserable…
Voy rápidamente hacia mi habitación para cambiarme de ropa, hoy es un día nublado así que ¿debería usar ropa de color claro?; eso es lo que siempre decía Samara antes de salir. Quizás me veía como su pequeño mono mascota al que vestía, acariciaba y obligaba a acompañarla a todas partes.
El teléfono suena. ¿Qué rayos? ¿No puedo terminar de bañarme y ahora no puedo ni vestirme? Coño… debería insultar al desgraciado.
- Aló, ¿Quién rayos es?
- Hola, soy Gerard ¿Cómo has estado? Solo te llamaba para avisarte que esta noche vamos a dar un paseo por la ciudad, tú me entiendes.
- Hmm… lo consideraré; aunque espera… ¿en dónde nos vemos?
- Sabría que dirías eso, después de todo ahora eres un pequeño simio sin dueño.
- ¿Cómo carajo sabes eso? (aún más… creo que hasta me lee la mente el muy desgraciado).
- No te preocupes no hay un alma que no sepa sobre esto en el gremio, todos rieron hasta más no poder cuando vieron a tu sámara besándose con Antonio.
- ¿What the Fuck? Esa…
- Calma al menos ahora eres libre ¿no?
- Sí, claro…
- Bueno si gustas te envió fotos y videos de la escena por si estas interesado. Hahahaha –se burló de mí escandalosamente-.
- ¡Vete al diablo! –Le grite mientras mientras colgaba estrepitosamente el teléfono-.
Me detuve un momento a pensar en que realmente casi muero de forma absurda. ¿Morir en un lugar como este? de una forma tan miserable sería algo patético... además; mi cuerpo sería hallado semanas después hinchado como un globo, lleno de moscas, gusanos y, emitiendo un olor nauseabundo.
Ahogarse con el agua del inodoro o con tu propio vomito es tan estúpido como resbalar con el jabón en el baño y golpearte la cabeza.
Dejar un cuerpo hermoso que admirar nos sería una opción; sé que suena muy gay decirlo pero es así. Solo una bolsa de pus purulento... un poco más de lo que soy ahora.
Luego de haber perdido todo no me queda más que volver con el rabo entre las piernas a lo que fue alguna vez mi "hogar". Volver con mi madre nuevamente y esperar que me acoja entre sus brazos nuevamente (literalmente hablando).
No espero su clemencia, su misericordia o algo amor de su parte puesto que la palabra familia nos quedó muy grande y desde el momento en que partí de esa cueva repleta de pesadillas... no podía soportar a una mujer tan inclemente, incoherente e implacable. Una bruja sin lugar a dudas.
Nunca conocí a mi padre y muy pocas veces habló de él. Salvo las veces que lo tildo de alcohólico, drogadicto, delincuente y ah! claro el hecho de que insemino forzosamente a mi madre... claro ya saben a qué me refiero.
Bueno no tendré que convivir mucho con ella ya que en sus viajes de trabajo no vendrá a casa muy seguido.
El “gremio” es el nombre que le dimos a ese grupo de inadaptados y desquiciados que se reúne usualmente frente aquel boulevard, en aquel antro llamado “Four feet street” Era atendido por un par de despampanaste gemelas irlandesas. Cualquier persona diría que el significado de aquel nombre se refería a la intersección de las cuatro calles en aquel boulevard pero para los que ya habituábamos el lugar ellas eran las cuatro piernas donde si fijaban todas las miradas.
Me quede embellecido mirando aquel estúpido comercial sobre rutinas de adelgazamiento... En cada una de esas hermosas mujeres veía el rostro de Samara, tan campante, mofándose de mí… definitivamente estoy delirando, ¿esto es despecho? La sola idea me da ganas de vomitar. Mientras tanto intentando preparar mí desayuno o al menos algo que pueda ser remotamente comestible.
¿Tocan la puerta nuevamente? Creo que hoy es el día de molestar al idiota…
- ¿quién toca?
Nadie responde, quizás es de nuevo esa anciana… como de costumbre tan persistente.
Al parecer se ha enamorado de mi fiel amigo, Vallase no pienso deleitarle la vista nuevamente. A kilómetros puedo podría percibir su exquisito aroma, por si no lo notó estoy siendo sarcástico. Ahora por favor deje de golpear la puerta.
- Sal maldito gusano, ahora he venido con alguien que te despellejara.
- Ya veo que no le basta con pelar una banana.
Creo que debería largarme de inmediato, es inútil continuar jodiendole la paciencia. Qué rayos… tendré que salir por la ventana como la vil rata que soy, no es nada nuevo puesto que suelo trepar el árbol de junto todas las noches para salir por la noche.
Ya veo que tendré que irme por la puerta trasera, no me queda de otro no pienso soportar este suplicio. Creo que iré un rato a la ratonera por algo de alcohol, sé que es un martes en la tarde pero creo que mi cuerpo necesita embriagarse incluso después de estar a punto de morir por mi propio vomito.
Todas las personas que se juntan es este lugar son solo ancianos y mediocres conformistas… claro yo soy uno de ellos pero no se percatan de su propia condición. Entre tantas estupideces que pienso o hablo, están los dilemas existenciales que quizás todos los tenemos pero se hacen más notorios en aquellas personas débiles. Yo soy débil pero en este mundo de intriga e incertidumbre siempre hay un “fuerte” que cae y se ve abrumado por la realidad. Sostengo esto porque estoy en lo más bajo del pináculo y nunca he caído; este lugar es lo más bajo que se puede llegar a caer y, entre la podredumbre hasta un mediocre como yo pude mirar a los lados o hasta incluso más debajo de mis pies a los pobres escarabajos que mueven excremento. Vamos díganme que observar el dolor ajeno no es algo por lo que no debamos regocijarnos? Más aun cuando es algo tan irónico… que tontería una vez vi a un juez corrupto muerto por la misma delincuencia que lo llevaba sobornando, su familia pereció pero no le quita la gracia.
Mis neuronas estaban tan atrofiadas como para recordar el trayecto que seguía rumbo al bar, mi trayecto era tan monótono como desolador y deprimente. Un par de calles a la izquierda y otras a la derecha bajo un cielo plomizo y quejumbroso. La lluvia se avecinaba y obviamente debía apresurar el paso pero al darme cuenta ya estaba frente al bar un poco desorientado y con la vista perdida. Una palmada en el hombro me hizo reaccionar y aquella voz me invito a entrar y beber un trago.
Bueno un bar, dulce bar o debería decir dulce nido de ratas malolientes. Me he preguntado ¿por qué no soy nadie? me vi caminando entre multitudes, entre facetas y palabras huecas... bueno no más huecas que mucho cerebros de por acá o de cualquier otro sitio. Debatía con aquella chica pelirroja, de rasgos finos y, que vestía una combinación de rojo y negro que atrajo mi atención inmediatamente; además al observar sus ojos fijamente quede inmediatamente atontado, similares a dos rubíes, en ciertos ángulos brillaban con una tonalidad roja.
Hablamos por un par de horas sobre temas existenciales, más que todo compartíamos un punto de vista denigrante hacia toda lo que nos rodeaba y, hasta de nosotros mismo (cosa que nos hacía reír aún más). Compartimos opiniones sobre grupos musicales y sobre algunos libros que nos habían fascinado.
Por un momento había olvidado el desastre de vida, o tal vez; ahora me burlaba de ello. Ya carecía de dignidad como para sentirme avergonzado, ahora solo pensaba que era capaz de todo pero… al pensarlo nuevamente pensaba que solo podría brillar intermitentemente hacia un alegórico final.
Escupiría en el rostro a cualquiera que llegara frente a mí y presumiese su inteligencia, engreídos imbéciles que solo aprenden por vanidad... –Le decía- Ella me miro algo perpleja, luego sonrío levemente y dijo “Estoy frente a ti” retándome. Luego de eso la mire un poco sorprendido y miserablemente baje la mirada hacia donde estaba mi cerveza y la bebí de un sorbo.
Ya debo estar ebrio; usualmente suelo hablar disparates y termino por golpear a mis compañeros... –le dije-. Claro ellos también me golpean, no paramos hasta perder la conciencia. Bueno muchos otros solo se drogan hasta ir a marte, el cielo, infierno, no tengo la menor idea a donde van todos ellos. Muchos se han quedado, creo que ya cuando los ves morir tan seguido creo que es fácil olvidarlos.
Luego de un rato desperté algo desorientado, había perdido la conciencia debido a la borrachera. Estaba rodeado de aquel grupo de buscapleitos, drogadictos y delincuentes con los que siembre bebía.
Entre euforia, gritos e improperios todos los allí presentes buscaban maneras poco usuales para divertirse. Estaba un sujeto pálido y delgado que caminaba con pasos torpes; su expresión era muy extraña, estaba pasando por un proceso de abstinencia, no se había drogado desde hace algunos días. Tomaron algo de sal, un poco de pintura que rasparon de la pared y algo de detergente en polvo y lo arrojaron al suelo simulando torpeza. Aquel sujeto se arrojó al suelo inhalando hasta el polvo de los zapatos de cada uno hasta que su nariz se tornó de color rojo, sus ojos se hincharon y la espuma comenzó a salir de su boca. Todos reían y se burlaban de aquel desgraciado pero a mí ya no me causaba gracia.
Bueno muchachos ahora ¿qué haremos? –Gritaron al unísono-
Deberíamos buscar algunas prostitutas –dijo uno de ellos-
Beber y drogarnos hasta el final
Rayos como lo imaginaba tienen la creatividad de un chimpancé... creo que hasta ofendo a los primates.
¿Entonces que propones?
Bueno creo que deberíamos buscar una forma de hacer dinero
¿Qué tal si vamos hasta un edificio y asaltamos a una señora adinerada?
¿Crees que tiene bastante dinero?
Claro es la típica anciana acaparadora y mezquina
Vamos! apresurémonos
Pero antes ¿qué tal si tomamos algo de esto?
¿Qué rayos es esa pastilla?
No es nada es solo algo que los hará sentir mucho mejor
Wow! ¿Maldición que rayos es? –Dijo aquel hombre mientras se retorcía de placer y euforia-.
Nada, es solo un mentó. –le respondí sarcásticamente-.
Pero no tiene sabor mentolado...
¡Pues claro que no! soperutano, es una nueva droga que he conseguido... ahora vamos, hablemos en el camino. (¿Hasta dónde puede llegar la estupidez? Creo que tener tan mal concepto del prójimo y valorarlo tan poco te ayuda a sorprenderte aunque sea un poco)
Los hombres caminaron algunas cuadras, formados como esbirros de algún duque de los infiernos. No se movían por el temor, odio o alguna emoción; sin embargo sus corazones latían eufóricamente. Se encontraban envueltos en una extraña excitación producto de aquella droga y pensar se les hacía más difícil que de costumbre.
Bueno mis amigos aquí estamos, hemos llegado al edificio que les conté. Ahora vamos irrumpamos y llevémonos lo que podamos; recuerden que es en el 4 piso, habitación 24.
Oh! esperen ya los sigo voy a irrumpir en esa habitación. Sigan, ya los alcanzo.
Los disparos se escucharon desde arriba, imaginé que se habían topado con la anciana armada y algunos de los residentes que por cierto no son personas fáciles de tratar y mucho menos de intimidar. Era como una escena de guerra en la que una anciana del futuro genéticamente alterada acaba con los delincuentes, políticos y menores de 55 años que no acaten sus quejicas normas y, claro lo olvidaba, que no escuchen sus aburridas historias de tiempos pasados tan aburridos que resultan ser nostálgicos (asco).
Para mi esta era la broma definitiva, ya era tiempo de deshacerme de aquel grupo de imbéciles que solo procuraba destruir su vida inútilmente. No eran personas de confianza pero cuando de dinero y drogas se trataba saltaban, rodaban y se arrastraban por el suelo por su recompensa. Lo que había sido mi hogar y un infierno de cucarachas, ratas y criaturas malolientes salidas de mi propia imaginación insana ya pronto desaparecerían.
Tome un traje negro del armario, zapatos, lentes y un sombrero de ala corta. Preparado para asistir a cualquier velorio decidí salir en medio del disturbio y la multitud enardecida. Entonces vi rodar por las escaleras al señor Frank del 4 piso, reverendo de la capilla de la comunidad, viudo y con una hija de la cual pocos sabían; la muchacha se dedicaba a la prostitución pero se había cambiado el apellido, una vez me topé con ella, al parecer tener una hija que se pareciese a su difunta madre supuso un gran problema para él y claro aún más para ella…
Muchos de los pandilleros a los que yo había conducido hasta allí estaban en el suelo entre un poco y muy maltrechos. Había mucha sangre, y los sesos desparramados por las paredes amenazaban con manchar mi traje. Cuando ya me proponía a cruzar la salida escuche una voz que gritaba “Alto allí, ni se te ocurra mover un músculo”. Mire de reojo a la anciana que se arrastraba todavía viva para mi sorpresa pero no por mucho supuse. Decidida a matarme antes de que llegara su último aliento dijo “Eres un desgraciado, planeas salir tan campante de todo esto” y a continuación me maldijo antes de escuchar una explosión y observar como las llamas la engullían rápidamente. Cruce la puerta y me vi triunfante mientras los bomberos y la policía rodeaban el edificio. Nadie me vio como un sospechoso o como un culpable, solo como el joven sobreviviente quien había tenido mucha suerte.
Continua en: http://laoscuraluzdelamente.blogspot.com/2011/08/un-juego-de-vida-y-un-fin-de-mal-gusto.html
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Esto esta regenial. Me dejaste loco my friend. Sigue dándole men, que ya tienes tu propio estilo.
ResponderEliminarHijo está perdido, que le pasó? usted sabe que escribe bien... se le extraña por estos lares xD
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